Los números suelen ser la mejor radiografía de cualquier equipo y luego de 7 fechas en la Zona Sur del Argentino A, Sportivo Desamparados convirtió 12 goles y le convirtieron la misma cantidad. Una coincidencia que pinta de cuerpo entero lo que este Desamparados ofrece y exige en este certamen. Tiene gol pero también le hacen goles. Una debilidad que echa por tierra cualquier aspiración porque su cantidad de goles convertidos denuncian una profunda vocación ofensiva pero los goles recibidos delatan una fragilidad defensiva que atenta contra cualquier proyecto.
Ese es el dilema en el que hoy Sportivo se debate. El técnico Andrés Villafañe decidió cambiar de arquero hace tres fechas atrás, dejando afuera a José Mancinelli y optando por Gonzalo Gómez. Al primero, le convirtieron 5 goles, mientras que al segundo le han hecho 7. Por lo que se puede deducir el problema no era el arquero sino que el sistema defensivo es el que no ofrece las garantías necesarias como para sostener el modelo. Siempre jugó con línea de cuatro en la defensa y en los nombres solamente cambió a Eduardo González para retrasar a Gerardo Corvalán en el lateral derecho. La dupla central Barth-Sánchez tiene asistencia perfecta en lo que va de la temporada y en la izquierda, el otro que estuvo en todos los partidos es Lucas Parisi. Los desacoples en pelotas detenidas han sido la condena para esta defensa. Ese es el punto flaco a mejorar y el propio Villafañe lo admitió en la charla post partido.
Para adelante, el sistema de jugar con enganche y dos puntas es el que más resultados le dio. Desde que optó por poner a Julio Ibañez como enlace, Sportivo marcó 10 goles. Goleó 5-1 a Rivadavia, perdió 3-4 con Racing y empató 2-2 con Gimnasia. Es el sistema que más le rindió y está resuelto pero los errores en la defensa atentan contra esta cara.
