La infidelidad tiene sus vertientes. También, la tentación de posar los ojos y el interés en la pareja o ex pareja de alguna amistad. El peligro está latente, según los especialistas, debido a la relativización de los valores. En ese sentido, la psicóloga sanjuanina, Mónica Oliveros (MP: 256), cuenta que, en general, entre las causas más comunes de infidelidad que se observan en la clínica son:

* Necesidad de atención y afecto: el infiel suela aludir sentirse desplazado en la relación afectiva por su pareja, la cual puede estar invirtiendo más tiempo y atención a sus hijos, trabajo, amigos, etc.

* Rutina: el dejarse llevar por las demandas cotidianas, atendiendo las urgencias emergentes, suele hacer que se olvide incorporar actitudes y actividades que renueven la relación y activen el interés mutuo.

* Sexualidad insatisfecha: a veces la persona infiel busca fuera de la relación la satisfacción de las necesidades sexuales ya sea de frecuencias o modalidad. Es muy probable que el marido, por ejemplo, no se anime a plantear a su mujer nuevas inquietudes o fantasías por temor a faltarle el respeto, o ser rechazado, por lo que elige, satisfacerse en relaciones externas.

* Evolución y desactualización: cuando se inicia una relación, se acuerda una vida en común, respondiendo a las necesidades, deseos y expectativas que ambos expresan y que están acordes a la edad, entorno y circunstancias de ese momento. Si no se trabaja este aspecto continuamente, es posible que se empiecen a sentir insatisfechos llevando así a una desilusión de la pareja y buscando en otro lugar el bienestar.

* Moral, valores y códigos: es imposible negar la realidad actual en la que a las personas se les hace más difícil identificar el límite entre lo correcto y lo incorrecto; debido a la relativización de casi todo (existen relaciones abiertas, intercambio de parejas; entre otras cosas, como resultado de las prácticas de desactivación de los controles internos por parte de los medios de comunicación).
El vertiginoso cambio social y del tipo de relaciones, obliga a un permanente ajuste de las escalas de valores personales para mantenerse aggiornado a la vida moderna, lo cual a algunas personas puede quitarles la templanza necesaria a la hora de tomas decisiones.

* Problemas psicológicos individuales: a veces la infidelidad está incluida entre los síntomas de determinadas patología psicológicas, otras veces, no se encuadran dentro de lo patológico, pero sí evidencian signos, por ejemplo, de inmadurez del infiel como para responder a los compromisos establecidos; también puede ser un intento de afianzar su "masculinidad’ ante la sociedad, por inseguridades internas respecto de la mismas.