Su madre no le creyó. Su padre tampoco; es más, en un arranque de bronca hasta la reprimió a golpes por su acusación, dijeron fuentes del caso. Ante semejante situación de desamparo, a la nena de 11 años pareció no quedarle otro remedio más que soportar los abusos y tal vez dar por ciertas las amenazas de su presunto abusador de que, si hablaba, su abuela, de precaria salud, podía morir y no habría otro culpable más que ella. Sin embargo la terrible trampa tuvo un escape: la hermana menor de la víctima, que vio a su tío con los pantalones bajos en la misma habitación que su hermana, y se le comentó a una tía, que en el acto interrogó a su sobrina, le creyó su versión y con otra hermana enfilaron con la nena a la Central de Policía. Horas después, policías de Seguridad Personal al mando del oficial principal Héctor Oyola, apresaban al sospechoso y se lo llevaban preso de la Villa Congreso, en Rawson, en medio de la furia de la esposa contra el acusado.
El sospechoso preso es de apellido Vega, de 35 años, casado, padre de dos chicos y dueño de un taller metalúrgico. Una comisión policial al mando del oficial Néstor Montiveros lo apresó alrededor de las 23 del jueves, luego de que el juez Agustín Lanciani (Segundo Juzgado de Instrucción) evaluara las primeras pruebas del caso y ordenara la detención del joven, dijeron fuentes de la investigación.
Según las fuentes, la víctima del caso es la mayor de las dos nenas que tuvo una pareja que se separó hace cinco años. Desde ese momento -dijeron- las niñas vivieron con su madre pero desde el último año y medio se fueron a vivir con su papá, en la misma propiedad donde vive una hermana del hombre, casada con el sospechoso.
La versión de la nena es que los acercamientos de tipo sexual comenzaron alrededor de un año atrás, hasta violarla, al menos en una ocasión, precisaron los pesquisas.
Cuando los policías fueron a buscar al sospechoso, el sujeto parecía resignado aunque negó haber cometido cualquier tipo de maniobra ante las agresivas arremetidas de su esposa pidiendo explicaciones.
La revisación médica y una pericia psicológica a la víctima, son dos pruebas que podrían confirmar las sospechas en contra del detenido. En base a toda la evidencia, el juez Lanciani deberá evaluar si el sujeto debe o no continuar detenido.
