El Acta de Fundación del Centro de Viticultores-Enólogos de San Juan dice textualmente que ‘en la casa del señor Enrique Agresti, a pedido del señor Luis A. Noussan, los viticultores enólogos que a continuación detallo y que firman al pie, se resolvió dejar constituido el Centro de Viticultores-Enólogos de San Juan’. Encontrándose presentes los señores Enrique Agresti, Luis A. Noussan, Alberto Baistrochi, Víctor Manuel Quiroga Ríos, Luis Cattani, Augusto Wathrich, Enrique Falero y Emilio L. Lara’

Entre ellos y de manera verbal fueron elegidos los cargos directivos, por lo que la primera comisión directiva quedó formada así: Presidente, Alberto Baistrochi; Secretario, Emilio Lara; Tesorero, Enrique Agresti; Vocales: Víctor Quiroga, Luis Cattani y Augusto Wathrich

Leer los propósitos plasmados para la institución es darse cuenta de lo visionario que fue este grupo de personas:

-Velar por el prestigio moral e intelectual de los viticultores enólogos, consiguiendo la justa intervención que éstos deberán tener en dentro de la colectividad.

-Velar por buen nombre y progreso de la Escuela Nacional de Viticultura y Enología de Mendoza -la Escuela de Enología y Fruticultura de San Juan fue fundada un 15 de septiembre de 1940-.

Luego de un ‘amplio cambio de ideas’, fue resuelto que el ‘domingo seis de junio’ de 1923, se fundara el Centro. A esa reunión asistieron ‘Noussan, Paez, López, Daneri, Cattani, Benavidez, Martín, Lima. Cáceres, Lucero, Segovia, Quiroga, Lara y Baistrochi’, quienes decidieron crear una comisión para que estudiara los estatutos que deberían regir al Centro; además, Eudolio López solicitó que la comisión pudiera reunirse en la Biblioteca Franklin.

Para finalizar la reunión, Enrique Agresti pidió un ‘voto de aplauso al señor Luis. A Noussan por el encomio con que trata los asuntos referentes a enólogos y a la formación de este Centro’.

Para quienes no saben, Noussan tuvo una trayectoria profesional paradigmática porque fue docente de la Escuela de Viticultura y Enología de Mendoza -y luego de la de San Juan-, fundador y colaborador de revistas especializadas, representante en congresos nacionales e internacionales, presidente del Centro de Viticultores-Enólogos de Mendoza (1911) y el Centro de Enólogos de San Juan (1925-1931).

A medida que el Centro crecía -adquirió la Personería Jurídica Nro. 8-, se iban incorporando al listado de integrantes nombres hoy reconocidos dentro de la enología, como Juan Reinoso, Angel Galli, Juan Lerutti, Ramón Herrero, Enrique Ramíre, Antonio Córica, Eduardo Vera, Miguel Rey, Victorio Nesman, Manuel Martín, Ernesto Balmaceda, Antonio Russo, Adolfo Campodónico, Arnoldo Alamino, Elías Daroni, Arnaldo Carracedo, Oscar Manini, Juan Graffigna, Manuel Cúneo, Elvio Paparelli, entre otros.

El papel de estos profesionales fue clave en la incorporación de tecnología en la elaboración de vinos, aportando conocimiento científico al empírico que durante años rigió nuestra vitivinicultura. Pero también en la tarea de asesoramiento para la sanción de leyes.

Visión y cata

Tan visionarios fueron que en los cambios introducidos en el estatuto, agregaron como otros de los objetivos fundamentales: promover la celebración de concursos vitivinícolas en la República Argentina y presentar en ellos proyectos tendientes a mejorar las condiciones de la industria; propender a la ampliación de la biblioteca con temas enológicos y culturales; tomar todas las medidas tendientes al mejoramiento de la profesión; y fomentar la creación de cooperativas y/o todo tipo de asociación entre agricultores que tienda a un mejoramiento general de la industria agro vitivinícola.

Parte de la gestión de estos hombres fue la construcción de la sede propia, en Av. Rawson 497 Norte, los cursos de capacitación a los que accedieron sus profesionales y la creación de la Cata de Vinos Concurso Nacional, que este año cumple sus Bodas de Plata y que nació con la idea de premiar el trabajo de los colegas y se convirtió en un reflejo fiel de los cambios logrados por la industria a lo largo de 25 años.

Hombres visionarios que aportaron su ‘granito de uva’ para que la industria sanjuanina se posicione hoy tanto a nivel nacional e internacional.