Algunos todavía lo llaman “Sumaq Urqu”, que en quechua significa “Cerro hermoso”. Otros simplemente lo llaman Cerro Rico, dando por entendido que se está nombrando a los históricos yacimientos de plata considerados en su momento como los más grandes del continente americano. Esta monumental montaña se ubica en la localidad boliviana de Potosí. Por ello también es conocido como el Cerro Potosí. Pero independientemente de cómo se lo nombre, este histórico lugar se explota desde hace más de 500 años, es decir desde la época de la colonia española.

Según los registros históricos, allí murieron más de 9 millones de indígenas por la tiranía laboral que imponían los colonos a los aborígenes bolivianos para que extrajeran plata del cerro. La historia boliviana relata que algunos eran condenados a periodos de hasta 6 meses dentro de las minas. Actualmente existen unas 140 minas en explotación en la zona de Cerro Rico. Pero durante la época de la colonia, era la montaña que poseía las vetas de plata más importantes del mundo, que se elevaban con el cerro hasta 4.800 metros sobre el nivel del mar.

Actualmente, se puede visitar la mayor mina de su interior (Pailaviri), hoy propiedad del Estado. Esta está dividida en 17 niveles a los cuales se puede acceder mediante un elevador, que de tres en tres metros, puede llevar a los visitantes hasta 240 metros de profundidad, nivel que todavía resulta accesible al público. La temperatura en el interior de la mina puede variar unos 45 grados centígrados entre el exterior y los niveles más bajos de la zona de trabajo.

El cerro de Potosí es tan significativo como parte de la historia boliviana, que se encuentra dibujado en el escudo de la ciudad de Arica. Pero también está dibujado en el escudo nacional de Bolivia.

Gran parte de la economía de este histórico país minero se estructuró en base a la capacidad productiva de los yacimientos de plata del famoso Cerro Rico. La leyenda boliviana cuenta que el Rey de Montes advirtió que las entrañas de esta montaña eran sagradas cuando gritó “¡Potocsi!”. Pero no lo escucharon y se profanó su interior con la extracción de mineral, y por ello la comunidad aborigen sufrió, debido a la maldición.

La enorme montaña nació hace 13,8 millones de años, cuando un gran cuerpo magmático ascendió desde el corazón de la tierra como una bola de fuego cortando rocas y elevándose sobre la superficie. Esta elevación desarrolló fallas geológicas y porosidades por donde ascendieron soluciones mineralizadas. Se formaron así vetas de hasta 2 kilómetros de largo por 1,5 metros de ancho. Las vetas tienen forma de rosario.

El depósito de la montaña contiene plata y estaño al centro y zinc, plomo y cobre en la periferia. Y a mayor profundidad dentro del cerro, hay grandes cantidades de sulfuros de estaño. Se calcula que la mineralización se produjo en dos etapas: una de alta temperatura asociada con el estaño y otra de menor grado de calor relacionada con la plata. Según los estudios geológicos, este proceso de doble mineralización ocurrió hace entre 6 y 10 millones de años, en el histórico lugar donde hoy sigue emplazado el cerro más importante de Bolivia.