Aunque la gente se había comenzado a concentrar después de las 19 en el búnker del PRO de Santa Fe y España, bastó que comenzara a hablar Mauricio Macri, minutos antes de las 22, para que toda la alegría contenida estallara junto a cientos de papelitos tirados al aire. Ese fue el corolario del festejo que ya había comenzado rato antes mechado con botellas de cerveza y de champán y cajas de empanadas repartidas a la multitud.
Tampoco faltaron los globos y las bombas de estruendo en el local en el que se habían concentrado dirigentes de todas las fuerzas que conformaron el Frente Juntos por San Juan, integrado por macristas, radicales y representantes de Dignidad Ciudadana.
“Se ve, se siente, Macri presidente”, fue uno de los cánticos más escuchados, mientras los militantes seguían atentamente el recuento de votos desde un par de pantallas de televisión colocadas en la vereda del local. Esas mismas pantallas sirvieron para escuchar la palabra de quien a partir del 10 de diciembre comandará los destinos de la Nación.
Muchos jóvenes se dieron cita para celebrar el resultado y a medida que iban llegando se confundían en un abrazo junto a otros militantes al tiempo que saltaban de alegría sin poder asimilar todavía lo que estaban viviendo.
Al único que no le fue bien con su negocio fue a a un choripanero que se había ubicado estratégicamente en la esquina opuesta al local, pero que apenas si vendió algunos sánguches al tiempo que una joven militante le dijo en broma al pasar: “Choris no, ahora vas a tener que vender pachatas”.
Después de escuchar la palabra del flamante presidente electo, desde la terraza del local comenzó una salva de bombas de estruendo al tiempo que los mismos votos que habían sobrado de la elección, pero trozados en partes, dieron el marco de color para la celebración.
Luego vino una larga caravana de autos vestidos con globos y afiches del PRO, que habían sido preparados previamente, que recorrió las calles céntricas de la ciudad sin dejar de pasar, como es una tradición, por la Plaza 25 de Mayo.
