�La presidenta Cristina Fernández inauguró ayer una escultura de hierro del sacerdote Carlos Mugica, en vísperas del 40 aniversario de su asesinato, perpetrado por la Triple A, y pidió que la figura del cura ‘no se homenajee, sino que se celebre, por todo el amor que supo dar‘. Si bien la Casa Rosada invitó al acto al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, el mandatario comunal no concurrió y durante una caravana en el Gran Buenos Aires dispuso ser reemplazado por el diputado Cristian Ritondo. Al hacer uso de la palabra, la Presidenta afirmó que hombres como Mugica ‘no se homenajean, se celebran con alegría, por todo el amor que supo dar‘. ‘Fue víctima de una Argentina violenta. Su juventud también había transcurrido en una Argentina violenta, en una Argentina donde los argentinos se enfrentaban entre sí. Le tocó vivir de joven en una Argentina donde se dirimieron las cosas a los tiros, con bombardeos y con muertos, en una Argentina violenta en serio‘, subrayó CFK, que aprovechó la ocasión para criticar a quienes hablan de una ‘argentina violenta‘ hoy, en un intento de, según dijo, ‘reeditar viejos enfrentamientos‘. Fue una clara respuesta al duro documento de la Iglesia que afirmó que ‘Argentina está enferma de violencia’ y responsabilizó al Estado.
La obra en recuerdo de Mugica fue realizada en hierro sobre un fondo blanco por el artista plástico Alejandro Marmo.
