Buenos Aires.- Dos días después de los allanamientos múltiples realizados en propiedades de su empresa Los Sauces S.A, Cristina Kirchner se instaló por un lapso breve en El Calafate. Denunciando que sufre una “persecución judicial”, deja Santa Cruz para volver a Buenos Aires después de dos meses y medio. A las 18:20 salió de su residencia para abordar el vuelo de Aerolíneas Argentinas.
Con una camioneta blanca ubicada en la tranquera de madera, principal acceso a la residencia de la ex Presidenta, el movimiento fue mínimo durante toda la mañana. La villa turística tiene la tranquilidad que imprime el sábado y la merma de los visitantes por la baja temporada. A las 16 y muy paulatinamente, los vecinos y militantes comenzaron a acercarse a la casa de Cristina, lindante a su hotel boutique Los Sauces.
La convocatoria la hizo La Cámpora de El Calafate bajo la consigna #CristinaVuelve, para despedirla y en una caravana acompañarla hasta el aeropuerto local donde abordó a las 19 el vuelo regular de Aerolíneas Argentinas que partió rumbo a Capital Federal.
Cuando los vecinos, pese a las bajas temperaturas, comenzaron a reunirse frente a la casa de la ex Presidenta, la custodia tomó las medidas de seguridad de rutina, pidiendo que nadie se ubique en la vereda de la residencia. Durante una hora y media aguardaron para despedir a Cristina, se vieron algunas remeras con la imagen de la ex Presidenta, carteles criticando al actual Presidente con la consigna ‘Macri vos sos la dictadura’, y banderas. A las 17 de escucharon algunos aplausos de quienes esperaron que su vehículo color plata saliera de la residencia. Algo que ocurrió a las 18:20, allí bajó la ventanilla para saludar a quienes la esperaban desde temprano y junto a su custodia recorrió los once kilómetros que separan las ciudad del aeropuerto.
De calzas negras y una campera marrón, la ex Presidenta – siempre arreglada – se mostró más reticente que de costumbre en su contacto con la prensa al llegar al aeropuerto. No quiso responder ninguna pregunta y sólo se tomó unos minutos para fotografiarse con algunos vecinos y militantes que la esperaron antes de que ingrese a la sala de embarque. Viajó acompañada por sus secretarios y el personal de su custodia y, como en cada viaje que realiza, con su perrita caniche Lola.
Ya era de noche cuando el avión se disponía a despegar. Una vez más, Cristina viajó en clase turista. En Buenos Aires, el plan original es dirigirse a su departamento del barrio de Recoleta y mantendrá la agenda política en la sede de la fundación Patria en Rodríguez Peña.
