A Eduardo Cabello, actual delegado regional de la Confederación General del Trabajo (CGT) y que tiene intenciones de continuar en el cargo, le surgió un competidor. Se trata de Raúl Ávila, actual secretario general del Sindicato de Empleados de Comercio y diputado provincial. Pero ambos coinciden en que quieren evitar a toda costa las internas y que la futura conducción de la central sindical deberá surgir del consenso de los gremios que la integran.
Cabello resultó elegido al frente de la CGT local durante un plenario de delegados en diciembre del 2008 y su mandato vence a fin de año. Pero, lejos de querer dar un paso al costado, dijo que “tengo intenciones de continuar”.
El que también salió al ruedo con intenciones de disputar el cargo fue Ávila, un dirigente cercano al Gobierno de José Luis Gioja. Sostuvo y repitiendo una frase que suele utilizar el mandatario, que “todo obispo quiere ser Papa”. Pero se cuidó en aclarar que “Cabello es un amigo” y que no tiene intenciones de hacerle internas. No obstante, aclaró que “si hay apoyo” está dispuesto a aceptar el desafío de conducir la central sindical de la provincia.
En ese sentido sostuvo que la CGT “debe salir a luchar contra el trabajo en negro” y recordó que hay estudios que indican que un 33 por ciento de los trabajadores en el país están en condiciones laborales precarias.
Sobre las intenciones de Ávila, Cabello respondió que “me parece normal que haya gente con aspiraciones”.
La situación de la CGT sanjuanina no escapa a los efectos de lo que está ocurriendo a nivel nacional, en la que la central está dividida en dos sectores. Uno, liderado por el camionero Hugo Moyano, que está enfrentado con el Gobierno nacional y que incluso está convocando a un paro nacional para el próximo 20 de noviembre junto al líder de la CTA, Pablo Micheli. Incluso Moyano no ha ocultado sus intenciones de encabezar un proyecto político que lo podría tener como candidato en el 2015.
El otro sector es el que tiene como referente al dirigente metalúrgico Antonio Caló, con muy buena llegada al Gobierno de Cristina Fernández. Pero a diferencia de lo que ocurre a nivel nacional, en San Juan los gremios están unidos.
Así, por ejemplo, los referentes de Moyano y de Caló se sienten en la mesa de conducción de la CGT local. El dirigente de los camioneros Enrique Castro es subdelegado y el metalúrgico Julio César Figueroa es el delegado adjunto de Cabello. Incluso a este último se lo mencionó como el eventual sucesor de Cabello, pero ayer dijo que su aspiración es conducir las 62 Organizaciones Gremiales Peronistas (ver aparte).
La importancia de conducir la central obrera radica en que es la organización que nuclea a los secretarios generales de los gremios de la provincia y es un espacio de poder porque puede negociar con el Gobierno desde condiciones de trabajo de los empleados hasta viviendas y cargos cada vez que hay elecciones. Además, siempre tiene representantes en Diputados. Ahora, por ejemplo, el secretario general de UPCN, José Villa, es diputado nacional, mientras que el líder de los mercantiles, Ávila, es legislador provincial.
La central sindical sanjuanina es una de las pocas en el interior del país que fue normalizada a fines del 2008 luego de un período en el que primero estuvo conducida por el dirigente mercantil Julio César Godoy y luego por el delegado normalizador Gabriel Pacheco, actual secretario adjunto de UPCN.
