Hugo Chávez no ganó las elecciones legislativas en Venezuela, como proclamó en un principio. Sus arengas en Twitter no pudieron hacer que su partido PSUV mantenga la hegemonía en el Congreso, ya que sus adversarios lograron 59 de los 165 escaños, con lo que no podrá aprobar leyes en forma automática, ni nombrar a miembros de los poderes públicos en forma directa, como ha venido haciendo hasta ahora.
Pero todo este cambio trascendente contra el absolutismo gobernante sucederá recién a partir del 5 de enero próximo, cuando tome posesión la nueva Asamblea Nacional, por lo que en un país autoritario es difícil poder festejar por esta gran victoria de alcanzar una Legislatura más diversa y plural que no le permitirá al chavismo manejar el país en forma monopólica.
Es que desde ahora hasta entonces, Hugo Chávez tendrá una ventana para fortalecer su "revolución bolivariana”, y si tiene los mismo hábitos que el matrimonio Kirchner, sobre lo que no hay dudas, lo más probable es que use este trimestre para agilizar sus reformas comunistas antes de que sea neutralizado por la nueva composición de la Asamblea legislativa.
Los Kirchner en Argentina, después de que el peronismo oficialista perdió las elecciones parlamentarias de julio de 2009, agudizaron reformas e hicieron votar leyes durante el período antes del cambio legislativo, las que no hubieran podido pasar con la nueva composición del Congreso de la Nación.
El domingo Chávez debiera haber mantenido 110 diputados para tener la mayoría calificada, pero a 95% del conteo de los sufragios según el Consejo Nacional Electoral (CNE), en su información a las 2 de la madrugada del lunes, el oficialismo alcanzó 90 escaños, aunque todavía faltan por definir 11 de ellos en zonas donde se dijo el conteo es muy reñido. Si alcanza 9 curules más, Chávez tendrá a su favor poder gobernar por decreto, con leyes habilitantes, como las cuatro oportunidades que obtuvo hasta ahora, para gobernar sin el permiso del Congreso. El CNE informó que 66.45% de la gente votó de un total de 17.5 millones de electores. Por eso estas horas son decisivas para el futuro de la democracia venezolana.
Pero la pérdida de la hegemonía legislativa, o el poder absoluto -también tiene una Justicia adicta- no es la única preocupación de Hugo Chávez porque igual que a Fidel Castro los persigue el fantasma de las computadoras incautadas a la narcoguerrilla colombiana de las FARC. Sobre ambos hay evidencias de su relación con las FARC.
Esta semana la noticia sacudió al mundo: Fue abatido Jorge Briceño o "Mono Jojoy”, en un golpe preciso de las fuerzas armadas colombianas, considerado el más certero e importante en la historia de la subversión marxista que afecta a ese país. Pero esa noticia no es tan importante como la que le debe estar quitando el sueño a Fidel y Hugo. Es que en el operativo Sodoma, lo importante a corto plazo fueron las bajas, pero a mediano y largo plazo, lo relevante ha sido la incautación de 14 computadoras y varias memorias portátiles.
Cuarenta expertos del gobierno colombiano ya empezaron a trabajar en la recuperación de datos y si una sola computadora, la de Reyes, atrajo tanta atención, es de imaginar que de 14 se podrán obtener significativos avances sobre la inteligencia de las FARC. Muchos, entre ellos Hugo Chávez y Fidel Castro, deben estar temblando.
"EN VENEZUELA es difícil poder festejar por esta gran victoria opositora de alcanzar una Legislatura más diversa y pluralista que no le permitirá al chavismo manejar el país en forma monopólica.”
