En esta nota, apenas ocho historias -las de la escritora Paula Herrera, la pianista Mariana Montañéz, el dibujante Brian Trigo, la del poeta caucetero Tomás Rosas, el patinador Facundo Cordero, el corredor de motocross Agustín Aballay, la cantante de tango de 7 años Guadalupe Macaris y el bailarín de Caporale, Kevin Ríos- de quienes ya se perfilan profesionales por sus destacadas personalidades. En ellos, el homenaje a todos los niños que participaron de la convocatoria, como así también a los chicos de San Juan.
Paula Josefina Herrera (11)/Escritora
"Un escritor disfrazado de niña”
Esta nota podría empezar diciendo muchas cosas de Paula, una escritora increíble, pero la elección fue otra. Fue copiar la frase que usó el escritor argentino Pablo Ramos en su blog, cuando habla de ella y dice: "tiene el talento de un Dios, o a Dios como talento, no lo sé. Muy pocas veces estuve cerca de un ser así, un ser lleno de amor, lleno de luz, tan poco contaminado todavía…Sobre pocas cosas sé, sobre muy pocas, pero huelo a un escritor a kilómetros, aunque esté disfrazado de niña”.
Es que después de mucho andar, su mamá Claudia Chirino, logró ubicar por mail a Ramos y fue Paula quien le escribió explicando que no conseguía en San Juan un taller literario para chicos.
Pablo, en ese momento estaba en Berlín, y la verdad es que dudó que aquel cuento de ocho páginas que le había mandado fuera de una niña de diez años. Se puso en contacto con sus padres, pidió referencias, fotos, simplemente no lo podía creer.
Sus textos están muy lejos de lo que un niño puede escribir, y sin temor a la exageración, se puede decir que son impecables, con un hilo conductor inteligente, resuelto y consistente, con la particularidad de que aun cuando escribe con humor, como en el caso del cuento de "el verdulero”, tiene un toque de drama que hace apretar los dientes de cualquier lector.
Paula no sólo está lejos de escribir distinto al resto de los chicos, sino también de muchos grandes, tanto en su vocabulario como en la profundidad de los temas que asume.
Claudia, su mamá, es psicóloga, y fue la primera en advertir, como es lógico, que su hija no sólo pasaba horas escribiendo en la computadora sino que lo hacía de una manera "poco usual”. "Primero tomé contacto con Alejandra Araya, luego con Alvaro Olmedo y Juan Carlos Herrera, ellos me fueron guiando porque quería que Paula tomara algún taller, se encontrara con otra gente dedicada al tema, pero acá fue difícil”.
Pablo es ahora el encargado de dictar los talleres virtuales a Paula, la admira, al punto que no le cobra nada por las clases. Ya son amigos -por lo que cuenta la familia y escribe él en su blog- está fascinado con esta pequeña tanto que vino dos veces a visitarla, la última estuvo cuatro días hospedado en su casa.
En la Escuela Modelo, donde cursa sexto grado, conocen su talento, pero es muy tímida y de bajo perfil. No le gusta que se hable de ella ni de lo que hace.
Como muchos escritores vive en su mundo y vuelca su talento de una manera impecable. Así lo viene haciendo desde pequeña, cuando escribió una de sus primeras grandes obras titulada "El nuevo spa de los animales”, un cuento de nueve capítulos.
Ha ganado concursos internacionales como "Red 2007”, realizado en Mendoza en la categoría de escritores hasta 18 años, bastante más de lo que ella tiene.
"A los 5 o 6 años ya escribía mucho, es además una gran lectora. Todos los meses vamos a la librería para que elija sus libros. Al comienzo su papá (Guillermo Herrera), estaba preocupado por la situación, pero ahora lo ha comprendido y tratamos de estimularla en lo que hace, aunque a ella le sale todo en forma espontánea, sin presiones. Escribe cuando quiere, pero entendíamos que necesitaba un guía”, explica su mamá.
Todo lo que pretende Paula, igual que sus padres y su padrino literario, es seguir por la senda natural de la vida, sin presiones, ni obligaciones, para crecer como lo marca el ritmo de cualquier persona, pero sabiendo que es diferente y que tal como dice Ramos "Paulita, la escritora de la cual, en siete u ocho años, tal vez hable todo el mundo literario”.
Ella
No sé lo que es, pero tampoco sospecho algo de esa mujer. Tal vez será… por su forma de caminar, o cuando se detiene y mira para todos lados. Creo que ayer la vi pasar por mi casa. Y me miró con desconfianza. Recuerdo su mirada penetrante, oscura, jamás la olvidaré.
Otro día la vi en la plaza, y como siempre, iba sola.
Paula
Brian Trigo (12)/Dibujante
El tesoro de sus lápices
A Brian le alcanzan las manos para contar los lápices que tiene para, además de hacer los deberes, dedicarse a la tarea que más le gusta en el mundo. Esos colores que tanto cuida, son la puerta abierta que le permiten entrar al mundo de la imaginación donde todo se puede. Es que con apenas un par de esos lápices, este chico de 12 años al que tantas cosas le faltan, replica a la perfección y sin dejar de lado ni un detalle, toda la ilustración que le pongan ante sus ojos. Cualquiera sea, desde los personajes fantásticos de las mangas (historietas japonesas) hasta las pinturas de reconocidos artistas plásticos de diferentes épocas como Vicent Van Gogh y la mexicana Frida Kahlo, sus favoritos.
No lo dice, pero el segundo hijo de la familia Trigo, sabe que por la realidad de la economía familiar -en su casa viven sus 7 hermanos, su mamá (enferma de cáncer) y su abuelita Lila solo con dos pensiones- no pueden comprarle más lápices de colores ni tampoco las preciadas hojas de block. Entonces se las ingenia para "hacerlos rendir”, según explica.
De todos modos, nobleza obliga decir que como a muchos pintores talentosos de la historia, Brian seguramente no necesita más que su talento para desplegar los dibujos que hace.
Va a 6º grado. Aunque él no lo reconoce, sus maestros dicen que es buen alumno, muy cariñoso y juguetón, pese a su timidez. Cuenta que nunca fue a un museo y que tampoco sabe de qué se tratan las exposiciones. De todos modos, sí tiene claro que le gustaría conocer a algún pintor para preguntarles todas esas cosas que lo desvelan sobre el arte. Mientras tanto, todos los sábados a la siesta, concurre a los talleres artísticos que se dictan en la Escuela 13 de junio, con la esperanza de que algún día empiecen a enseñar dibujo. Por ahora, sólo hay clases de guitarra. Quizás en ese espacio cumpla su añorado deseo de tener enfrente a un pintor "de verdad”.
Hasta ahora tan sólo dos personas le han dado algunos consejos para hacer los mejores bocetos: una de ellas es la maestra de 3º grado que lo hizo mirar con detenimiento la caída de las escasas cortinas que hay en la Escuela Paso de Valle Hermoso -de la que es alumno- para poder ilustrar así las vestimentas de los personajes de historieta. El otro es su amigo Lucas del barrio Villa Paula, con quien se junta a dibujar todos los días. "El hermano del Lucas sabe dibujar mejor que nosotros. Él le enseña y Lucas me dice a mí lo que tengo que hacer para que me salgan más lindos. También me aconseja que use la punta bien finita para hacer los bordes y la punta más gruesa para cuando quiero hacer sombreados”, asegura quien también se ha convertido en un experto en esculturas de plastilina dentro de un proyecto que llevan adelante su escuela.
Su abuela es quien se encarga en su familia de resguardar algunas de sus obras. Aunque muchas, la mayoría, se le perdieron en la mudanza desde la Villa Catamarca al Barrio Villa Paula, en Chimbas, donde actualmente vive.
La otra persona que es "guardián” de sus trabajos es el maestro de 4º grado, Ricardo Sánchez, quien además de proponerlo para esta nota, se ha convertido en la esperanza del chico. es que Brian espera que alguna persona solidaria pueda ver en el Facebook de la escuela, los dibujos que escaneó el maestro Ricardo. "A lo mejor le gustan y me ayuda para que yo pueda seguir estudiando”, dice como al pasar.
El chico está convencido que el próximo paso que tiene que dar es conseguir esa ayuda solidaria aunque sea virtual o una beca para llegar al Polivalente de Arte, donde le han dicho podrá conocer todos los secretos para ser un gran artista. Después, le gustaría ser profesor de dibujo y enseñar a otros eso que él tanto añora, ahora de chico.
Facundo Nicolás Cordero Carracedo (12)/Patinador
Con las alas del alma
Facundo estallaba de felicidad el día de la nota porque iba a ser tío por primera vez. Mientras nacía la bebe, hija de su hermana Verónica, su tía Susana contaba que comenzó a patinar a los seis años y ahora con 12 está listo para federarse y competir en torneos nacionales de patinaje artístico.
el mismo aclara que es Down y que además de su actividad artística como patinador también toca el bombo, baila folklore y malambo en el ballet Alma Cuyana.
Un ser especial que más allá de sus dificultades para aprender en la escuela formal, tiene sobrado talento en lo que hace. Quienes lo han visto patinar haciendo figuras y deslizándose como un profesional, lo pueden asegurar.
Su primera escuela fue el Club Social San Juan, pero como allí no habían chicos discapacitados, Facundo no logró insertarse. "Por suerte lo encontramos a Ramón Córdoba del Club Fantasías. el trabajaba con personas especiales y lo recibió. Al principio le costó pero logró superarse", cuenta Silvia Carracedo, su mamá.
Detrás de cada logro de Facu está mamá, quien le enseño desde ponerse los patines hasta levantarse de cada caída, un esfuerzo que ahora cosecha logros y trofeos -siempre en primer lugar-, en los torneos de patinaje artístico.
Córdoba del Fantasías relata que "Facundo ha madurado mucho, al principio hacía lo que quería hasta que logró una disciplina y ahora entrena correctamente y está listo para los campeonatos nacionales del año próximo, pero antes será federado. es excelente".
En el club es reconocido por sus aptitudes artísticas que trata de llevar a la par de la escuela SARM, para la cual se reconoce como alguien "un poco más vago".
No todo es el patín. Su otra pasión es el folklore. Le encanta tocar el bombo, pero más aptitudes tiene para la danza y el malambo, que lo ha llevado a integrar el ballet Alma Cuyana.
"Desde que nació no paré de buscar profesionales que lo ayuden y actividades que le gustaran y que pudiera desenvolverse libremente. el eligió que hacer", dice Silvia
Todos coinciden en que es una persona con un espíritu muy libre, que disfruta lo que hace y que su síndrome no le impide ver la vida con ojos de gran artista. Al contrario tiene la simpleza y la inocencia que hacen falta para poner alas a su talento.
la escuela nunca fue una prioridad hasta que comenzó con los talleres de cerámica y cocina. "Ahora quiere ir todos los días y está muy contento", dice la mamá, la misma que no dudó en hacer el intento de ponerse patines para acompañar a su hijo, aunque un fuerte porrazo la hizo desistir del intento.
Facundo es el gran ejemplo de que no sólo con talento se avanza en la vida si no con mucho, mucho amor compartido. Y si a él le preguntan dice que lo más importante son "los aplausos y si son muy fuertes mejor"".
Mariana Montañéz Reta (11)/Pianista
La concertista que hizo historia
Eligió un vestido straples azul brillante, unas botinetas color crema con tachas doradas y el tapado haciendo juego. Por supuesto que no dejó de estar atenta al peinado para esa noche, el que debía estar acorde para la ocasión. Mariana Montañéz Reta no estaba preparándose para ir a una fiesta, aunque en realidad interpretar en la sala del Auditorio, el concierto de Haydn, como la solita más joven en la historia de la Orquesta Sinfónica de San Juan, era una verdadera fiesta para ella y para quienes la rodean.
Eso es lo que le pasó a Mariana, con apenas 11 años, el 17 de junio de este año.
Todo comenzó en el 2008 cuando se acercó por primera vez al piano. Fue el cambio radical que hizo en su carrera musical al decidir abandonar las cuerdas. Es que entre los 7 y casi los 9 años estudió violoncello, quizás siguiendo una tradición familiar o la rutina que se vive en una casa rodeada por melómanos. Su mamá Silvina sabe tocar la guitarra, su hermana María José interpreta viola y el esposo de su mamá es un reconocidísimo guitarrista sanjuanino, Juan José Olguín. Pero ella, dejó de lado todo mandato y eligió el instrumento que le permite soñar y expresar todos sus sentimientos.
"En octubre del año pasado, Ana Inés Aguirre, su profesora de piano, nos propuso inscribirla en el concurso Maestro Vicente Constanza que todos los años se hace incluyendo a los alumnos de la Escuela de Música de la UNSJ. Si bien ella era pequeña y no tenía muchos años de estudio del instrumento, la premisa era probar e incentivarla. Pero para sorpresa de todos, Mariana llegó a las instancias finales. Ganó un segundo premio compartido con un chico de 17 y otro de 23 años en la categoría Preuniversitario. Para todos, el premio fue tocar como solitas con la Orquesta Sinfónica. Ese concierto no sólo fue una visagra en la vida de mi hija sino también para sus pares ya que se convirtió en la solista más joven" , relata el paso a paso del día glorioso, Silvina, su mamá.
Justamente sobre esa noche, la propia protagonista, Mariana, recuerda que "al principio no estaba nerviosa ni tenía miedos pero a medida que se acercaba el momento la cosa fue cambiando. Igual yo trataba de tranquilizarme pensando que había ensayado mucho y que me sabía el concierto para piano y Orquesta de Haydn del principio al fin, que el director tucumano que dirigía la Orquesta era re buena onda, que todos los músicos me trataban muy bien y me tenían mucha paciencia, tanto que empezábamos de nuevo cuando yo me perdía en la partitura".
Finalmente el concierto, su primer concierto, fue perfecto. No equivocó ni una nota ni se salió de tiempos. Y se ganó todos los aplausos del público que quizás ni siquiera sabían que esa audición pasaría a la historia.
"A mí me encantó tocar con la Orquesta. Ya estoy preparando y estudiando un nuevo concierto, el Nº 13 de Mozart, para volver a rendir el concurso en el 2012. Para mí fue una gran experiencia y me llenó de emoción ver a mis compañeros de la Escuela Dante Alighieri, las maestras, las directoras y toda mi familia, aplaudiendo", cuenta la chica que hoy cumple 12 años.
Pese a que Mariana dedica mucho tiempo al piano -va de lunes a jueves a clases a la Escuela de Música y aparte estudia por su cuenta 3 horas diarias en su casa- no puede asegurar que su futuro esté ligado a él. "Quizás sea pianista, aunque también me gusta mucho la matemática y la investigación. Antes que eso necesito entrar al secundario", agrega con inocencia.
Tomás Agustín Rosas Herrera (11)/Escritor
A puro sentimiento
Tomás tenía 4 años y ya escribía. Indudablemente un avanzado que en primer grado armaba frases poco convencionales para la edad porque comenzaban a tener un valor poético. En segundo se produjo el gran salto creativo. es que la seño Pepita (a quien le dedico un poema), de la escuela Superior Manuel Belgrano de Caucete fue una gran promotora del talento de Tomás. Por ese entonces empezaron a surgir con fluidez poesías dedicadas al amor, a la felicidad, a la tristeza, luego llegaron algunos cuentos y relatos que despertaban la admiración de quienes lo conocían.
el inconveniente hasta ahora es que sus padres no encuentran un taller literario apropiado para su edad para que pueda desarrollar su capacidad literaria. la idea no es que publique un libro ni mucho menos, ya que de hecho tuvieron la propuesta pero su familia prefirió no exponerlo de ese modo.
Al leer parte de su obra es difícil pensar que esas poesías fueron escritas por un niño de siete, ocho o ahora 11 años. "Escribo cuando lo siento. las palabras surgen solas y me encanta hacerlo", dice Tomás, muy extrovertido y espontáneo.
Su papá, Rubén, cuenta que fue especial desde pequeño. "En primer grado lo llevamos a una psicopedagoga para que nos explicara como llevar adelante a un chico que iba más adelantado. Por suerte en la escuela es muy sociable, tiene muchos amigos, y estudia solo una hora por día", relata su padre.
Para el futuro, Tomás tienen planeado ser contador porque adora las matemáticas y todo lo que esté relacionado con números. "También me gustan las ciencias, no hay nada que no me guste para aprender. No se si quiero ser escritor, yo lo hago cuando me sale hacerlo. Me siento y escribo sobre el amor, la felicidad, la tristeza, son las cosas que siento y las vuelco en un papel. Sí me gustaría ir a aprender más a un taller, pero no sabemos donde", dice el pequeño escritor.
el gusto por escribir quizá venga de su abuela María Elena Guerrero, quien ha dedicado mucho tiempo de su vida a la poesía, pero lo cierto es que todo lo hace por motus propio.
Vive en Caucete, está aprendiendo a andar a caballo, juega al fútbol con sus amigos en el Barrio Jardín Libertad. una vida normal, alegre, divertida junto a su papá Rubén, su mamá Sonia y su hermano Benjamín, con la sola diferencia de su talento que espera encauzar para seguir creciendo.
Por Tomás (escrito en marzo de 2007 cuando tenía 7 años)
"Cada vez que perdía algo que no valía la pena miraba hacia el sol, te veía y me daba cuenta que no sólo las cosas estaban en ti
también estaban en mi corazón buscándote con amor y te encontré con una sonrisa que brillaba como zafiros y se sentía una brisa que refrescaba nuestras almas".
Kevin Ríos (8)/Bailarín de Caporale
Al ritmo de Bolivia
La influencia de todos sus parientes y sus "paisanos” fue determinante para que Kevin aprendiera a mover su cuerpito al ritmo de la música folklórica boliviana, antes de caminar. Tenía apenas un año cuando se incorporó como "la mascota” del grupo que danzaba para la Virgen de Copacabana por las calles de San Juan. A partir de entonces, nunca más dejó este hobbie, el que lo liga con sus raíces y tradiciones pero a su vez lo traslada imaginariamente a miles de kilómetros, al corazón de Sucre y la Paz.
Kevin tiene 4 hermanos. Su papá -también seguidor de los bailes- es nieto de bolivianos, en cambio su mamá es una argentina de pura cepa que supo adoptar las costumbres de la tierra de guaraníes y aimarás. El niño va a tercer grado en la Escuela 124, donde no dejan de reconocerlo como bailarín de Caporale, la danza de las clases sociales altas de Bolivia, según describen sus familiares. De hecho, en la fiesta de fin de año del 2010, deslumbró a docentes, directivos, el resto de los alumnos y los papás con los pasos, los saltos y los gritos típicos de la danza.
Es más, hasta se podría decir que ese fue su año, ya que con la máscara y su traje colorido -original de Bolivia- fue también elegido Talento Sanjuanino en la segunda edición de la Fiesta de las dos Puntas en Rivadavia.
Cuenta Raúl Rodríguez, su primo y el director del ballet Caporales San Juan, que desde pequeñito, él mismo lo llevaba a los ensayos, los que les ocupan a sus integrantes varias horas a la semana. Para sorpresa de muchos, en lugar de ponerse a jugar, Kevin escuchaba atento la música de la banda y al cabo de un tiempo, empezó a imitar a los más grandes. "Con tan solo 8 años es impresionante la fuerza que tiene Kevin cuando baila. Además nunca tiene vergüenza ni miedos: él escucha la música y baila”, lo define en pocas palabras.
Si bien Kevin pasa buena parte del día haciendo los cuatro pasos básicos del Caporale, hay un momento especial de la danza y es justamente cuando le bailan a la virgen. Tímido confiesa que mientras avanza con el grupo al ritmo de la música, él le pide algo a la Santa. "Pero es secreto, no lo voy a decir para que se me cumpla”, dice resolutivo. Lo que sí cuenta y en voz alta son dos de sus máximos deseos: Conocer Bolivia por supuesto y llegar a ser Capitán, la persona que marca el ritmo del Caporale. Los que lo rodean no dudan que a ese cargo, llegará pronto.
Guadalupe Macaris (7) / Cantante
La nueva voz del tango
Guadalupe Macaris tiene una simpatía que contagia. Con 7 años se expresa con tanta soltura que no la intimida un micrófono delante, al contrario, parece una experimentada. Y claro, es que su fuerte es el canto, en especial el tango, un género que ya la está popularizando en su vecindario del Lote Hogar 17, de Rawson.
La nena comenzó a los 4 años a cantar tangos porque escuchaba a su abuela Lucía. Entonces ella aprendió y empezó a deleitar con su voz primero a su familia, después a vecinos y compañeros de escuela. El repertorio de Guadalupe comenzó con dos clásicos como: "Por una cabeza" y "Volver", que eran interpretados por su abuela.
Esas primeras interpretaciones delante de un público conocido la llevaron a la primera actuación. Fue en la Fiesta del Carneo Español, en Rawson. Causó tan buena impresión entre los asistentes que los aplausos no se hicieron esperar por parte del auditorio, más aún viendo a una nena pequeña cantar y desenvolverse tan bien en el escenario.
En ese momento Guadalupe estaba un poco nerviosa, pero contenta a la vez, según cuenta. De ahí en más siguió cantando. Cualquier lugar es bueno a la hora de expresar su talento. Es que donde va le piden que cante.
Tanto le gusta esta expresión artística que Guadalupe sueña con ser cantante profesional. Para ello, en la familia ya piensan en darle el gusto a la pequeña. Es por eso que para empezar la quieren enviar a tomar clases de canto. Quienes conocen a la niña "hasta le ofrecen moneditas para escucharla cantar", cuenta su mamá Sonia. Agrega que +también en la escuela Domingo Faustino Sarmiento, de Rawson, la nena suele cantar en algunos actos.
Esta revelación de Rawson es la mayor de tres hermanas, le siguen Rocío, de 4 años y Martina, de 3. En medio de su alegría, la artista dice que también le gustaría cantar junto a sus hermanitas.
El futuro del tango ya tiene entre su semillero a una de las voces surgidas desde Rawson para todo San Juan y es la simpática Guadalupe.
Agustín Maximiliano Aballay (10) / Piloto de motocross
Pura adrenalina
Con tan sólo 10 años de edad, se puede decir que Agustín Aballay es todo un experto en el mundo del motocross. Es que el pequeño lleva 5 años corriendo en distintas pruebas en la provincia y a nivel regional. El pibe es algo tímido a la hora de hablar, pero cuando se viste con la ropa especial para competir, se pone el casco y arranca su moto, ese niño tímido se transforma en un piloto intrépido dispuesto a competir por un lugar en el podio.
Agustín tiene varios trofeos ganados en las distintas carreras en las que participó. El chico comenzó a transitar sus primeros metros en el barrio San Luis, en Rawson. Después, el desafío fue mayor y compitió en el circuito de "Las Lomitas", en Albardón.
Esa primera experiencia fue muy buena para el piloto. "Al principio cuando me caía me quedaba quietito para que me fueran a buscar" cuenta, sobre la experiencia en el circuito.
Agustín comenzó a correr en categoría B, que es donde se transita de forma más lenta. Luego pasó a la A, que es donde se va más fuerte. Ambas son de 50 centímetros cúbicos de cilindrada.
En la actualidad el piloto está segundo en el Campeonato Sanjuanino de Motocross, detrás de un corredor mendocino. Es decir que es el mejor sanjuanino posicionado.
En 5 años de trayectoria el chico ya compitió en carreras de speedway. El año pasado en el Campeonato Cuyano de motocross en Mendoza. Este año también compitió en el Campeonato Argentino que se llevó a cabo en Tunuyán, Mendoza, en el que salió sexto a nivel nacional. Es el único sanjuanino que corrió en esa categoría representando a San Juan, cuenta su padre, Roberto.
El pequeño piloto ya está en plena preparación para correr la tercera fecha del Campeonato Argentino de Motocross en Córdoba.
Agustín tiene un hermano que se llama Oscar y tiene 13 años. Como él también corre en moto. La intención de la familia es ayudarlos todo lo posible en el mundo del motociclismo. De todas formas, el chico sueña con llegar a ser como "Travis Pastrano, el mejor piloto del mundo en motocross", concluye.
