Nunca tuve vacaciones porque siempre me la pasé corriendo. Por ahí pienso que bueno que sería, pero llega la fecha y ni me acuerdo porque quiero correr. No me imagino dejar de correr para irme de vacaciones.
La gente me reconoce y demuestra cariño porque sigo siendo igual que cuando era niño. Porque cuando tengo que darle un consejo a alguien se lo doy y porque no soy egoísta.
Si voy por la calle y me gritan Emanuel no me doy vuelta porque pocos me dicen por mi nombre, incluso los que me conocen de chico me dicen Saúl, que es mi primer nombre. Cuando empecé a correr era Saúl Saldaño.
