¿Existe una interna entre Mirtha y Ricky Fort?. Bueno, ella minimiza el tema, pero el fin de semana pasado se retiró del palco Vendimial ante su presencia y despertó las sospechas… que ya venían siendo sospechadas. Vayamos por parte, dijo Jack el destripador. Weekend mendocino. Carrousel de La Vendimia. Una Madrina super happy, con lookete campo-chic y correspondiendo el cariño del público (con la frase "La Vendimia es la Vendimia" incluida). Todo "maravilloso" como bien supo describir su paso por San Juan. Pero todo cambió en un periquete (y la candidez de su cara también). Su nieto y también productor Nacho Viale se acercó y le susurró algo al oído. Ambos pensaron que nadie se daría cuenta, pero las cámaras de Intrusos (América TV) registraron todo. Así, se pudo leer en los labios de la Reina el "No, me voy, me voy". "Abu, viene Fort. No nos conviene", le habría dicho Viale inicialmente (se supone). Paso siguiente: la diva se despidió antes de tiempo y desapareció. Post-paso siguiente: Fort irrumpió en escena, se quedó solo y enloqueció a la tribuna cuyana.
"Me parece que a Mirtha no le gusta que yo esté acá, pero habría que preguntarle a ella lo que piensa", dijo el ¿novio? ricachón de Virginia Gallardo.
Como si fuera poco, al otro día del encuentro (que no fue), en los diarios locales los titulares destacaron "Ricardo Fort en la Vendimia" mientras que a la diva casi ni la mencionaron (¿Venganza de la vecina provincia por la Fiesta del Sol? Vaya uno a saber).
Lo cierto, es que todo suma a la teoría de la rivalidad, incluso esta torpe ¿casualidad? de tan sólo minutos (¡a quién se le habrá ocurrido invitar a alguien que ofusca a la propia madrina de la Fiesta!). Una es una estrella acostumbrada al asedio popular y el otro, hace todo para serlo (o parecerlo) y también cosecha aplausos masivos. Ella, es elegante y viste engamada y él, imparte una llamativa imagen excéntrica (por momentos grotesca) y es un himno a los músculos tatuados (y a los dólares). O sea, en teoría, cada uno, y salvando las distancias, tiene una estela de fanáticos y deja huellas a su paso.
Pero, ¿evitó cruzarse por eso? ¿El carisma de Fort es lo que tanto le molesta a la Chiqui?. Hasta ahora, Legrand no suelta palabra como el millonario y no quedó claro porque se levantó y se retiró es día. Y este distanciamiento (bueno, nunca hubo acercamiento), encrudece más el rum rum de celos. Parece, dicen, que Mirtha no soportaría la sólida mediatización de Fort y que no lo consideraría un artista como para sentarlo en su tradicional mesa televisiva, algo que él desea. Lo ninguneó, bah (o lo tiene muy en cuenta).
"Yo más no puedo hacer. Si no me quiso invitar al piso tendrá sus razones que no las entiendo", dijo dolido y confundido. Para Ricky, almorzar con la Chiqui es un sueño pendiente. Incluso, se lo demostró con halagos. Le envió 4 docenas de rosas al canal y hasta le escribió una carta larguísima profesándole toda su admiración. ¿Le contestó o le agradeció? No, y eso también favorece al rumor (y a la depre). El heredero de Fel-Fort no puede creer que su fenómeno no despierte el interés de su ídola. Peor. Saber que almorzó con figuras de todo tipo más conocidas y menos conocidas que él. Mirtha vs. Fort. ¿Primer round? No. Viene de antes. Según jura y perjura el staff de periodistas de Jorge Rial, todo habría comenzado en año nuevo y en La Feliz. Ellos, aseguran que durante una fiesta en el Costa Galana, aplaudieron más a Fort que a Mirtha y ¡pum!, engendró una espinilla en su cutis emocional. Y al parecer, está a punto de reventar.
