En la zona de Bermejito, Santa Lucía, los vecinos coincidían en que lo único que escucharon ayer, minutos después de las 2, fue un fuerte estruendo y que segundos después se toparon en la calle con una bicicleta rota y el cuerpo sin vida de un joven entre los yuyos a un costado de calle Colón, en el cruce con las antiguas vías del ferrocarril, medio kilómetro al Sur del cruce con Benavídez.
El trabajo de la Policía permitió reconstruir luego que ese joven se llamaba Miguel Angel Espejo, que tenía 26 años y que circulaba al Norte por Colón rumbo a la Comuna San Miguel, en Chimbas (cercana al lugar del accidente), donde vivía con su abuela Ana Vicentela.
Del conductor del auto no había más que conjeturas: un espejo retrovisor roto y restos de una mica y otros plásticos les hacían suponer que quizá el chofer homicida guiaba un Fiat Uno o Duna, especularon ayer fuentes policiales.
Y mientras esperan las pericias para saber de qué tipo de vehículo se trata, ayer pidieron colaboración a la gente para poder dar con el chofer prófugo. ‘Es importante que aporten datos aunque sea en forma anónima porque estos casos se resuelven con ayuda de todos’, dijo un jefe policial.
‘Dios quiera que lo agarren para que pague por lo que hizo… todo esto es muy injusto. Miguel Angel (el mayor de cuatro hermanos) era como un hijo para mi porque prácticamente se crió conmigo y era un niño que trabajaba para ayudarme con mi pensión, era una persona muy noble y no lo digo porque le pasó esto. La bronca que me da es que le tuvo que pasar a él habiendo tantos sinvergüenzas que andan por la calle’, aseguró ayer Ana, sin parar de llorar en su casa.
