Salió doradito y tentador. El cuchillo pasó suave, el hombre hincó el tenedor y probó el bocado. Cual degustador de asados en un programa de Julián Weich, el comensal tanteó con el paladar, saboreó y finalmente tragó el embutido. Unos segundos después, el hombre mandó al diablo a Evo Morales y su mito de que quien consume pollo termina gay y pelado y le entró con ganas al chorizo de pollo. Sí, se trata de un nuevo compañero de parrilla para las costillas y las mollejas. El chorizo de pollo apareció hace unos días y causó sensación entre los que lo probaron. Tanto, que ahora lo rastrean por distintas carnicerías, pero cuesta encontrarlo porque está en prueba de mercado y recién se comercializará en una semana más, aproximadamente.
Es una novedad sanjuanina que, según su fabricante y un par de carniceros, tuvo una amplia aceptación entre los que pudieron probarlo. "Llegó para quedarse", dicen. Lo fabrica una empresa que se llama Avícola Soles y que hizo varias pruebas para llegar a lo que ellos creen es la fórmula justa del chorizo de pollo.
De acuerdo a Vicente Serrano, dueño de la empresa, la idea surgió luego de pensar qué hacer con algunas partes del pollo que sobran o generan pérdida de tiempo para cortarla, como el filetillo que queda en las pechugas al hacer supremas. Y recordando alguna vieja incursión artesanal en el tema, salió lo del chorizo. "Hicimos varias pruebas, especialmente con el tenor graso, clave para el sabor y para que no sea un embutido seco. Lo mismo pasó con los condimentos y la sal. Si hablara la parrillita que tenemos en la empresa", dijo Serrano con una sonrisa.
La prueba, además de la parrilla, también incluyó hacer el chorizo de pollo a la plancha y hervido. Pero a la receta con las cantidades de ingredientes, Serrano la guarda como la fórmula de la Coca-Cola. Sólo dijo que lleva carne de pollo, materia grasa, condimentos y sal. Lo único que tiene de cerdo es la tripa, que se llama tripa chinesca.
Los degustadores dicen que es un producto suave, con poco tenor graso y que se puede incorporar a casi cualquier dieta, incluso de los niños, porque es liviana y con la cantidad justa de especias picantes. "Queremos que sea un producto infaltable en la parrilla y, por qué no, que si uno va a algún carrito de choris, el vendedor le diga: también tenemos chorizo de pollo", se ilusionó Serrano. De momento, las pruebas son alentadores. Los paladares tendrán la última palabra.
