Mauro le había dicho a sus amigos que el miércoles en la noche no se juntaría con ellos a jugar al fútbol porque había invitado a Verónica, una joven que conoció el último sábado, a tomar un helado. La misma noche, en su casa del barrio Roque Sáenz Peña, Santa Lucía, Verónica encargaba al menor de sus tres hermanos y a su mamá que le cuidaran a su nena de 2 años mientras salía un momento. Era cuestión de poco tiempo, porque ayer era su primer día de trabajo en una tienda del Híper Libertad, con el que pensaba aliviar a sus padres de su situación de madre de soltera, dijo ayer su papá Luis. Pero la noche del miércoles Verónica Cortes (22 años) y Mauro Nacif (25 años, contratado en OSSE) no llegarían a concretar nunca ese pequeño plan de su incipiente relación: cuando transitaban por avenida de Circunvalación, unos 300 metros al Este del cruce con Necochea, en Santa Lucía, Mauro perdió el control del moderno Peugeot 207 que le había prestado uno de sus hermanos, frenó pero igual pasó de largo en una curva y arrancó una palmera del verde terraplén (ver infografía).
El auto terminó a los tumbos, destruido, y ambos jóvenes despedidos porque ninguno llevaba puesto el cinturón de seguridad. Y esa circunstancia fue clave para la tragedia en la que terminó el accidente. Verónica fue aplastada por el vehículo y ya en el mismo lugar del siniestro le habían detectado al menos un paro cardíaco, dijeron ayer en la policía. El peor de los pronósticos se cumplió un par de horas después, cuando los médicos del Hospital Rawson nada pudieron hacer para salvarla. Mauro se salvó aunque ayer estaba grave, con múltiples fracturas en el costado derecho de su cuerpo (en clavícula, brazo y costillas) y lesiones internas, dijeron fuentes policiales y familiares del joven.
Todo pasó alrededor de las 23.30 del miércoles y el mismo chofer, dolorido y en estado de shock, alcanzó a explicar cómo se desencadenó todo: "En todo su dolor y la conmoción nos dijo que iba como a 70 (km. por hora) porque vio el velocímetro, cuando sintió que se le coleó de atrás porque creía que se le pinchó una rueda, que ahí no lo pudo controlar, chocó una palmera y que no se acuerda más", aseguró ayer un familiar que pidió reserva de su nombre.
En la seccional 29na. a cargo del subcomisario Hugo Manrique, trataban de establecer cómo y por qué ocurrió el desgraciado desenlace, aunque ayer se inclinaban a pensar que la velocidad del vehículo era mayor a la manifestada por el conductor.
