Es conocido por una gran mayoría que la ciudad de Caucete, al momento de ser fundada en 1893 por José María de los Ríos, tomó como base el diseño de la ciudad de La Plata. Siempre se ha dicho que la ciudad del Este sanjuanino, con sus diagonales, pretendió ser una copia de la capital bonaerense que quedó a medio camino aunque guardando el espíritu de aquella metrópoli.
Lo que es poco conocido son las vinculaciones que de los Ríos tuvo con algunas personas que lo persuadieron para que el poblado que planeaba fundar al este de la provincia de San Juan, en las inmediaciones del Cerro Pie de Palo, tuviera las características de una de las ciudades consideradas en ese momento modelo de urbanismo a nivel mundial.
El Laboratorio de Investigaciones del Territorio y el Ambiente, perteneciente a la Comisión de Investigaciones Científicas del Ministerio de la Producción y el Empleo de la provincia de Buenos Aires, publicó hace unos años una investigación del especialista Julio A. Morosi, sobre las "repercusiones, resonancias y resplandores de La Plata” en la que se hace referencia a la incidencia que tuvo esa ciudad a escala local, nacional e internacional. En este trabajo se señala que la nueva capital impresionó a de los Ríos, quien se hallaba perfectamente informado de lo que allí acontecía a través de relevantes figuras vinculadas a la flamante ciudad. La primera era el ingeniero Juan Bautista Medici, socio del presidente del Departamento de Ingenieros de la provincia de Buenos Aires al momento de decidirse la creación de La Plata; el ingeniero Francisco Lavalle, con quien construyó el puerto La Plata y proyectó las obras de salubridad de la nueva capital. Otro de los personajes era el español Luis Castells, marido de Elisa Uriburu y cuñado de Francisco y José Evaristo Uriburu. Este último como es sabido sucedió al general Roca en la presidencia, en tanto el primero formó parte, por decreto del gobernador de Buenos Aires, Dardo Rocha, fechado el 31 de octubre de 1882, de la Comisión Administradora de la construcción de la Casa de Gobierno, el Ministerio de Gobierno y el Ministerio de Hacienda en La Plata.
Todos los nombrados eran socios de la firma Uriburu, posteriormente llamada "Bodegas El Parque”, establecida en Caucete. Esta había sido fundada y era dirigida por Justo Castro, pionero de esta región sanjuanina y entusiasta impulsor de ese establecimiento vitivinícola modelo y quien, por otra parte, había instalado un local de ventas de sus productos en Buenos Aires. Es así que los integrantes de la firma se hallaban ligados a La Plata y conocían todos sus detalles, además de cultivar una estrecha amistad con de los Ríos, como lo consigna Eduardo Villanueva Padró en su libro "Hacia nuestra historia. Caucete”.
La investigación de Morosi agrega que por estas razones no es de extrañar que el entusiasmo de de los Ríos por fundar un poblado en su propiedad con las características de La Plata haya ido en aumento hasta convertirse en una obsesión.
Existen testimonios de que influenciado por sus conocidos de Buenos Aires, José María demoró más de cuatro años en dar comienzo a la ejecución de su proyecto, ya que sus propios parientes y condominios en los extensos terrenos de la propiedad familiar, en la que pensaba fundar el pueblo, no compartían totalmente sus planes.
En este proceso hay algunos aspectos a tener en cuenta como que en el expediente de aprobación de la creación del nuevo poblado no obra el plano que lo acompañaba y que se ignora a ciencia cierta el nombre del profesional que fue su autor. Villanueva Padró consigna que hay pruebas de que el proyecto de Villa Colón (denominada ciudad de Caucete a partir de 1948) consistía en un cuadrado que contenía una cuadrícula regular formada por manzanas cuadradas y provistas de dos diagonales que unían las cuatro esquinas de la traza. Lo cierto es que el fundador de los Ríos solo pudo materializar parcialmente su proyecto, ya que no logró convencer a sus familiares y condominios de que accedieran a permitir el desarrollo de la parte del trazado que se planeaba sobre los terrenos de sus propiedades. Por ello solo pudo concretarse sobre los terrenos propios la mitad del proyecto original.
Muy posteriormente, el crecimiento de la planta del poblado se concretó según un trazado totalmente diferente al de la propuesta original.
Cabe consignar que el diseño de la ciudad de La Plata generó en su época un interés mayor que el esperable y ejerció influencia no sólo en las creaciones urbanas locales sino también en el plano internacional a pesar de haber sido erigida en una región marginal y alejada de los centros de poder de entonces. Debe advertirse que se trataba de emprendimientos de escala mucho menor y, en consecuencia, de ambiciones más reducidas. Se limitaban, en general, a poblados de unas pocas manzanas alejados del ambicioso modelo platense.
