El “¡Hijos nuestros, hijos nuestros!”, cerró el extenso cancionero de los hinchas de UPCN, que luego de poco más de dos horas de una verdadera batalla, tuvieron el desahogo tan esperado con el triunfo ante el rival menos queridos, Bolívar. El Aldo Cantoni tuvo un marco estupendo en la apertura de la final con 4.500 sanjuaninos (cerca de 100 hinchas de Las Águilas) que pusieron todo el folclore para hacerle sentir la localía a los conducidos por Javier Weber.
La tensión siempre fue la protagonista del choque y por eso solo “La Banda del Gremio” se escuchó casi sin interrupciones durante los cinco sets. Fue ese grupo de hinchas de UPCN que sacaron a relucir una bandera robada a sus pares de Bolívar en la final del 2011 (que aquella noche desató una pelea en una de las cabeceras del Cantoni) y le pidieron a los bonaerenses “vení buscala la p… que te parió”. Los clásicos trapos del “Barrio Manantial”, “La ilusión que me condena” y “Lo más grande de Argentina”, junto con los tirantes, formaron para de la escenografía de la parte central de la platea Este.
Una bandera en alusión a Matías Sánchez en la cabecera Norte fue el trapo más reconocido de la visita: “Mati: tu familia y amigos siempre con vos”, decía la bandera con fondo blanco y letras rojas.
Los jugadores tuvieron el pico de disputa dialéctica bajo la red en el cuarto set, cuando luego de un punto a favor del anfitrión, que la visita reclamó que había tocado el bloqueo de UPCN, derivó en algunos gestos y la amarilla para el belicoso líbero de Las Aguilas, Alexis González. Fue él quien en un tiempo técnico del segundos set tuvo un cruce de palabras con su tocayo Demián, que lo cerró con un gesto obsceno.
Al igual que había pasado en el último cruce de la fase regular, el más hostigado por los sanjuaninos fue el central, ex UPCN, Junior, quien en la previa remarcó su intención de quedarse con el título. El gigante brasilero recibió un coro de silbidos cada vez que tenía el saque en su poder.
