1-

A la hora de elegir un deporte para un niño, la motivación debe ser la que dicta la elección. Es decir, el que al chico le gusta. Los padres le pueden animar a practicarlo, pero nunca obligarlo. Es normal que a un niño le llame la atención un determinado deporte influido por sus amigos o por los medios de comunicación. Pero además del gusto hay que tener en cuenta la cercanía de las instalaciones donde practicará el deporte para que no se transforme en una complicación a la hora del traslado del niño.

2-

Todos los deportes son buenos independientemente de la edad. El único contraindicado es la musculación, ya que puede dañar los cartílagos, en plena fase de desarrollo. Hasta los 6 años, el deporte debe desarrollarse en forma lúdica. Después de esa edad se puede empezar a introducir el concepto de competencia. De todos modos, hay disciplinas en las que la edad de inicio son determinantes, por ejemplo, en gimnasia artística, cuanto antes se empiece, mejor rendimiento se tendrá.

3-

La actividad física de alta competición requiere un compromiso permanente del niño con el entrenamiento, el juego que éste realiza inicialmente deja de serlo para convertirse en una obligación, los horarios son estrictos y las lesiones se convierten en parte de su vida. En estos casos los niños que no están preparados psicológicamente pueden presentar traumas, muchas veces son reforzados por las ansias de triunfo de algunos padres, que deberán preguntarse si están dispuestos a asumir estos riesgos.

4-

Los papás tienen que tener en cuenta que antes de comenzar una actividad deportiva, el niño debe pasar por un chequeo médico. El objetivo principal de esta consulta es analizar si el niño tiene riesgos de salud, principalmente por problemas congénitos. El médico junto al padre o la madre, deberá completar un formulario de preguntas. Entre ellas figuran: si el niño sufre dolor de pecho, si respira correctamente, si tiene palpitaciones y si tiene antecedentes en la familia de enfermedades o muertes en edad temprana. En el caso de que los niños realicen actividades de nivel competitivo lo mejor es consultar a un deportólogo. que indicará qué exámenes son necesarios.