El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, afirmó ayer que ‘no hay razón‘ para que el Gobierno ‘subsidie‘ los ‘traslados en avión‘ del ‘segmento más rico de la población‘, al justificar ajustes dispuestos en la aerolínea de bandera.
Ayer se conoció una carta de la titular de Aerolíneas Argentinas y Austral, Isela Costantini, en la que comunicó a los empleados que el Gobierno les redujo ‘en forma significativa‘ los subsidios para este año, lo que coloca a las firmas ‘en una situación aun más compleja desde la gestión financiera‘.
Fuentes del sector aseguraron que el límite dispuesto por el coordinador del Gabinete, Mario Quintana, es un tope de 260 millones de dólares. En declaraciones radiales, Dietrich dijo que ‘hay un plan de reducción del déficit de Aerolíneas para hacer sustentable a la empresa‘.
Hace un mes, Constantini, había afirmado que en la línea de bandera había en los últimos años muchas facturas que se pagaban ‘por afuera del sistema‘ y había estimado que la compañía lograría alcanzar la meta de ‘déficit cero en tres o cuatro años‘. También había señalado que el ‘rojo‘ de la empresa ronda los 15 mil millones de pesos y precisó que el objetivo es cerrar este año con un saldo negativo de entre 420 y 450 millones.
Dietrich sostuvo que ‘no hay razón para que el Estado tenga que subsidiar a una empresa que vende un servicio de trasladar por avión a la gente, que es el segmento más rico de la población en un entorno donde tenemos muchas cosas que faltan como infraestructura y servicios sociales‘.
Se refirió a los viajes de funcionarios públicos, algunos de los cuales se han hecho por Aerolíneas y otros por compañías privadas. ‘Lo que tenemos que hacer es que los funcionarios viajen de la forma más conveniente‘, ya que hay otras compañías que pueden tener precios ‘más baratos‘ que Aerolíneas.
De acuerdo a lo que pudo averiguar la agencia oficial de noticias Télam, Costantini se encontró al comienzo de su gestión con una necesidad operativa de unos 15.000 millones de pesos, para poder continuar con el nivel de operaciones según lo que había planificado la gestión anterior. Gran parte de esa necesidad se atribuía a salarios.
Ahora, el Gobierno nacional ha acordado reducciones de gastos. Recientemente llegó la petición de un nuevo recorte, dentro de un plan tendiente a la reducción de subsidios en las empresas que los reciben del Estado. La cifra provocó sobresalto dentro de la empresa: son conscientes que rediseñar el ajuste puede traer aparejado conflictos con los gremios, que ya han manifestado su rechazo a una política de ajuste sobre la base de la fuente laboral. En otro orden, Dietrich descartó un nuevo aumento de tarifas en el transporte público para el resto del año. ‘También estamos trabajando en aumentar el descubierto de la tarjeta SUBE de 10 pesos para llevarlo a 20 pesos’, dijo. DyN y Télam
