Buenos Aires, 23 de febrero.-
Colón le ganó 3-1 a River en un partido vibrante que disputaron en Santa Fe válido por la cuarta fecha del Torneo Final. Gabriel Graciani a los 16 minutos del primer tiempo abrió el marcador para el equipo de Mario Sciacqua. En la segunda mitad Carlos Luque y otra vez Graciani (a los 25 y 42 minutos) le dieron el triunfo al local que se subió a lo más alto de la tabla. Fernando Cavenaghi descontó para el Millonario a los 28 minutos.

El partido tuvo un comienzo nivelado, el Millonario se plantó con la experimental línea de tres en el fondo para hacer frente a las ausencias y en los primeros minutos padeció las dudas de sus jugadores que le dieron espacios al local que a pesar de tener la pelota no llegó con profundidad.

Poco a poco el equipo local se adelantó en la cancha para complicar la salida del equipo de Ramón Díaz y el trámite del juego se hizo cada vez más impreciso. Esto lo supo aprovechar mejor el equipo local que a los 16 minutos abrió el marcador, Mansilla habilitó de manera brillante a Graciani que definió de manera deliciosa sobre Barovero para poner el 1-0.

El gol fue un cachetazo para River que a pesar de su desprolijidad comenzó a empujar a Colón contra su arco en busca del empate pero se repitió en pelotazos que nunca complicaron a Montoya.

Para colmo la defensa Millonaria continuó dando pocas garantías y en cada contragolpe del Sabalero dio la sensación que podía caer el segundo tanto. Los nervios también le comenzaron a jugar una mala pasada a los dirigidos por Ramón y el partido comenzó a tomar temperatura con cruces cada vez más violentos.

Y el mejor ejemplo para graficar el primer tiempo del equipo de Ramón fue el momento en el que generó su primera situación clara de riesgo, a los 38 minutos Lanzini recibió la pelota fuera del área y se animó a probar con un remate que terminó saliendo muy cerca del palo.

River continuó repitiendo la fórmula y chocó sin cesar con un Sabalero bien plantado en defensa que decidió replegarse para recuperar energías luego de un primer tiempo con mucho desgaste.