Los antioxidantes cumplen un rol fundamental en aumentar el sistema de defensas. Vuelven al organismo menos vulnerable a las enfermedades y si ya se está enfermo, ayuda a reponerse más rápido Para ello es importante consumir alimentos que tengan las siguientes características: * Vitamina C: se encuentra en los cítricos, el kiwi, el repollo, las frutillas, el pimiento verde, las espinacas y los tomates crudos. * Vitamina E: germen de trigo, en los cereales de grano entero, los aceites en general principalmente el de oliva, los vegetales de hoja verde y los frutos secos (almendras, nueces, avellanas). * Vitamina A: está en los vegetales de color amarillo, naranja, rojo (zanahoria, remolacha, zapallo, tomate) y también en los de color verde oscuro como las espinacas, las acelgas o los espárragos. En el reino animal en: hígado y lácteos fortificados con vitamina A y D. * Flavonoides: en frutas y vegetales, aunque también predominan en el té (sobre todo té verde), en el vino, semillas de uva, arándano. * Zinc: carne roja, huevos, mariscos, legumbres y frutos secos, especialmente maíz y semillas de girasol. También es indispensable el aporte de las calorías necesarias según la edad, la actividad física, la contextura y las de alta calidad, como las que aportan la carne, la leche, la soja, el queso y algunas combinaciones de alimentos, como un cereal con una legumbre. Si el cuerpo recibe los nutrientes requeridos está en condiciones de levantar barreras y protegerse más contra las enfermedades Estrategia Realizar las cuatro comidas principales es esencial para aumentar las defensas del organismo, mantener a raya el estrés, que es un gran debilitador del sistema inmunológico. El desayuno debe ser completo. Hay que recordar que: * El desayuno es la primera ingesta luego de toda la noche sin comer. * Mejora el rendimiento físico e intelectual, la memoria y la concentración. * Es un hábito fundamental en la etapa del crecimiento. * Brinda la energía y los nutrientes para comenzar la actividad diaria. * Aumentar el consumo de frutas y verduras frescas de colores variados preferiblemente con cáscaras, pulpas y semillas cuando lo admita. * Incorporar en la alimentación las frutas secas (nueces, almendras, avellanas) con moderación, por que aportan muchas calorías. * Consumir una porción de pescado al menos dos veces por semana. * Dosis adecuadas de ejercicio físico y reposo. El dormir lo suficiente favorece el correcto funcionamiento del sistema de defensa. * Adoptar una actitud de vida más relajada y evitar el estrés. Cuando por cualquier circunstancia no se puede llevar una alimentación equilibrada es importante consultar con un profesional para que le brinde complementos alimenticios (cápsulas, pastillas, etc) hasta que pueda incorporar estos nutrientes en forma alimentaria.
