El pediatra español, González, en su libro habla de los mitos de colecho. Nada tiene que ver con las creencias de la sociedad ni con los supuestos peligros de compartir la cama. Este experto afirma que supone un riesgo mucho mayor el que un bebé duerma en una habitación separada de sus padres durante los primeros meses. El rechazo que sentimos hacía el colecho es un 50% una cuestión de desconocimiento y otro 50% una cuestión sociocultural (en otros países el colecho es una práctica actual habitual que nadie cuestiona y en el pasado era habitual que, incluso los países en los que ahora no se practica, las familias durmieran en una misma habitación y nadie se sorprendía por ello ni estaba mal visto porque no había recursos para hacer las cosas de otra manera).
Sin embargo, sí es que es verdad que la pareja tiene que renunciar a gran parte de su intimidad y de su vida sexual si deciden practicar el colecho con sus hijos. No obstante, cuando un bebé no duerme bien, llora, se desvela a menudo, demanda muchas tomas de pecho por la noche, no quiere quedarse solito en su cuna, exige que te levantes a consolarle varias veces durante una noche, es cansador y agota todas las energías posibles. Con esto no pretendo decir que los niños que duermen mal son problemáticos. ¡En absoluto! No es menos normal que el que duerme del tirón toda la noche porque cada uno es un mundo. Pero sí que influye en el bienestar de toda la familia el que lo haga o no y con el colecho la familia consigue descansar bien y del tirón toda la noche.
Nunca he conocido ni me ha llegado el rumor de una madre o un padre que hayan aplastado a su hijo mientras dormían con él. La psicología humana es algo increíble y cuando te conviertes en madre/padre adquieres habilidades que antes creías desconocer. La naturaleza es muy sabia y no hay ejemplos reales de seres vivos que hayan aplastado a sus crías mientras dormían aunque muchas especies duermen incluso con ellas debajo para proporcionarles alimento y/o calor.
Por último, es cada familia la que tiene que valorar las necesidades y decidir en base a ellas lo que es mejor para todos.
