A un año de la tragedia ferroviaria de la línea Sarmiento de Once, los familiares de los 51 muertos se mantienen en contacto desde el día del accidente para coordinar los reclamos de justicia y mantener viva la memoria de las víctimas y acompañarse en el dolor.

‘Hemos tejido lazos para acompañarnos los unos a los otros en cada cumpleaños de alguien que perdimos, en cada día del padre o de la madre o para las fiestas‘, cuenta Paolo Menghini, papá de Lucas, el joven de 20 años cuyo cuerpo fue encontrado dos días después en el compartimento del conductor de uno de los vagones.

Menghini contó que ‘para los familiares fue muy importante estar en contacto todo este tiempo, porque la búsqueda de justicia fue una manera de procesar las ausencias‘. A su vez, reconoce que ‘la ausencia de Lucas todavía se siente como en el primer día y es algo que nada va a curar o suplantar, ni siquiera el castigo para los culpables‘.

El accidente ocurrió el miércoles 22 de febrero de 2012 a las 8:33, cuando la formación Nº 3772, que llegaba a la estación Once de Setiembre (ciudad de Buenos Aires), no logró detener su marcha y colisionó con los sistemas de paragolpes de contención, por lo que murieron 51 personas y 703 resultaron heridas.

Tras ese accidente, ‘mantener el contacto con las otras familias es fundamental para poder seguir adelante, porque es mucho el dolor y a veces uno flaquea, y ahí es cuando siempre aparece el llamado o la mano en el hombro de otro que pasó por lo mismo que vos y te da fuerzas para seguir buscando justicia. Porque ahora lo que más necesitamos es saber que todas esas muertes no fueron en vano‘, consideró Romina, la hermana de Jhonatan Báez, al que sus familiares y amigos llamaban Pitu. Era un visitador médico, de 27 años, que subió al tren en Ciudadela para ir a trabajar. ‘La ausencia de Pitu se siente en todas las cosas cotidianas, todavía no me acostumbro a que no va a volver‘, manifestó Romina.

‘A los culpables los conocemos todos y lo único que falta es que la justicia los meta presos. La causa avanzó rápido en este año que pasó y creo que quienes la llevan adelante están comprometidos con la verdad. Pero no voy a estar en paz hasta que el último responsable no esté tras las rejas‘, finalizó Romina.

Días atrás, el juez federal Claudio Bonadio elevó a juicio oral la causa judicial por la tragedia de Once. Así cerró en tiempo récord la investigación que tiene a un total de 28 procesados, entre los que figuran cinco ex funcionarios, 22 empresarios y el maquinista Marcos Córdoba. Entre los principales imputados figuran los ex secretarios de Transporte del kirchnerismo Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi por no haber controlado el modo en que la empresa TBA llevó a delante la explotación del ferrocarril Sarmiento.

‘En este tiempo la causa avanzó muchísimo. Ésta es una gran oportunidad para que la Justicia argentina demuestre su validez‘, auguró Graciela, la mamá de Tatiana Pontiroli, una maquilladora de 24 años que se subió al tren en Morón para ir de compras al Once. Ella dijo que ‘la ausencia de Tati se siente en todo, cuando voy al supermercado y veo las galletitas que más le gustaban, o cuando vuelvo de trabajar en verano y pienso que la voy a encontrar en la pileta con las amigas‘.

‘El contacto con las otras familias es importante para procesar tanto dolor. Desde el principio estamos unidos por la búsqueda de justicia. Al comienzo éramos un grupo raro, que no eligió juntarse por alguna característica común, sino que lo conformó una misma tragedia, y por eso uno se encontraba con tantas personalidades distintas que de a poco se fueron entendiendo‘, recordó.