Se logra acumulando cortes de césped, hojas secas o de poda y restos de frutas y vegetales. Nunca comidas de origen animal, pues las ratas serán habituales. Cuanto más variada sea su composición, más rápido será el proceso. En suelos muy drenados puede hacerse un pozo para ir apilando los componentes. De lo contrario se arma una compostera en un sector del jardín con madera, ladrillos o una malla plástica o de alambre.

Es fundamental la aireación periódica, removiendo lo que está adentro hacia fuera , y lo muy mojado con lo seco. La excesiva humedad provoca podredumbres y la falta de ella retarda el proceso. Se puede regar para dar el tenor de humedad necesario.