El 6 de junio último la Municipalidad de Rawson, a través de su Secretaría de Inclusión Social, firmó un convenio con el INCUCAI y el Ministerio de Salud Pública de la Provincia, por la que esta comuna se ha constituido en el "Primer Municipio Donante de la Provincia”. Ello significa un compromiso cierto, por el cual la municipalidad facilitará formularios para plasmar el deseo, de quien lo solicite, de ser donante de órganos y tejidos. El acuerdo implica, por consecuencia, la promoción y concientización de esta actitud ante la sociedad que posee una gran cuota humanitaria.
La necesidad de aumentar la cantidad de donantes, se corresponde a los avances de la ciencia la cual brinda mayores expectativas de vida y tratamientos para mejorar la calidad de la misma. Ello conlleva a un proceso de maduración intelectual mediante el cual se comprende que, después de la muerte, nuestros órganos y tejidos se pierden si no adoptamos la decisión altruista de la donación para continuar el ciclo vital de otra u otras personas.
Entre los órganos requeridos para trasplante no todos permiten el tiempo necesario para conseguir uno óptimo, de manera que muchas veces la tabla de salvación no llega y el esperanzado receptor termina falleciendo, a pesar de los esfuerzos realizados. Tales son los casos, por ejemplo, del corazón o del hígado. Sus fallas son de vital importancia y suelen ir acompañadas de inmediatez o de gran urgencia para conseguir donante compatible y en las condiciones anheladas.
No es el caso del riñón, aunque es un órgano noble cuya función es indispensable para la vida, este brinda mayores expectativas de poder esperar un órgano apropiado. El tiempo extra de vida se consigue gracias a un gran invento del siglo XX como es el tratamiento de hemodiálisis.
Generalmente la expectativa suele tardar varios años, pero merced al procedimiento de depuración de las toxinas del organismo y a la eliminación del exceso de agua acumulado, la posibilidad de llegar al trasplante da relativa tranquilidad.
Demás está decir que el paciente en diálisis necesita poseer gran resignación, paciencia y fe para sobrellevar el tiempo indispensable a fin de conseguir el riñón preciso. No obstante el poder seguir viviendo va acompañado de agradecimiento divino y optimismo terrenal.
La mayoría de los expertos acuerdan que la incidencia promedio de enfermedad renal terminal es de 150 por millón de habitantes. En la mayoría de países en desarrollo, sólo el 5 al 10% de los pacientes que requieren terapia de reemplazo renal la obtienen.
Las enfermedades renales terminales son consideradas en la actualidad epidemia a nivel mundial. En los últimos años la proporción de pacientes en diálisis y con transplante renal ha aumentado considerablemente debido a la mayor prevalencia de enfermedades que pueden evolucionar hacia la insuficiencia renal, tales como diabetes o hipertensión arterial. También contribuye la disminución de la tasa de mortalidad de pacientes enfermos renales en situación terminal.
Este acto, concretado en Rawson, es un paso más hacia la evolución de una sociedad moderna, donde se privilegia la solidaridad, la salud y la vida por sobre cuestiones materiales. Habla bien de un departamento que desde el comienzo de la gestión administrativa actual, sin cometer especulaciones políticas, defendió los derechos humanos y se comprometió desde lo social con su población.
Conductas de este tipo deben certificar la seguridad de las promesas vertidas. Es así como el Ministro de Salud Pública de la Provincia, anunció la instalación de un centro de diálisis en Jáchal. Largo anhelo, reiteradas veces anunciado, de los pacientes necesitados de ese método de supervivencia para que no tengan que trasladarse a San Juan tres veces a la semana (tediosos 340 kms), ida y vuelta.
La palabra empeñada no sólo deberá prontamente cumplirse sino que también tendrá que resultar en un ejemplo a seguir por otros departamentos alejados de nuestro territorio. Cada Hospital debería contar con un servicio de diálisis para cubrir los requerimientos de los sanjuaninos.
Necesitamos prepararnos y no quedar entre los países más postergados. La salud es un bien a proteger prioritariamente. El ser humano debe estar amparado por un Estado, protector de su integridad y bienestar, si se carece de salud no existe bienestar, tampoco capital que lo subsane.
