Carina Ortega empezó a confeccionar la ropa para su hija Julieta, que hoy tiene 11 años; sin pensar que con el tiempo ella y su marido, Ramiro Molina; iban a pasar a dedicarse tiempo completo y a sostenerse económicamente gracias a la industria textil. Hace 5 años empezaron a vender sus producciones de ropa infantil a los vecinos y amigos, y aunque aun siguen confeccionando un estilo de tipo campestre, el año pasado viraron el negocio a la realización de uniformes para colegios y empresas. Al emprendimiento le pusieron Sierras Azules y a pesar de ser novatos, el éxito obtenido en las primeras ventas los ha impulsado a abrir un local propio antes de fin de año, ‘para poder atender fuera de nuestra casa, donde está el taller’’ que funciona exclusivamente a cargo del matrimonio.
‘’Carina es el alma del emprendimiento. Ella diseña, hace la moldería y cose las prendas . Yo también coso y realizo los bordados de las chaquetas, pero el fuerte es de ella. Lo mío es la parte comercial, salir a buscar los clientes, vender y cobrar’’, explicó Ramiro.
Y la combinación resultó buena: este año vendieron uniformes colegiales para los colegios Nuestra Señora de Tulum y la escuela Modelo, entre otros, además de incursionar también en uniformes de empresas. ‘’Hace poco hemos entregado unas chaquetas personalizadas a una conocida firma de refrigeración local, en verde y amarillo, con el logo empresario bordado’’, contó Molina. No es todo, la dupla también ha realizado entregas de uniformes profesionales, ambos para médicos, dentistas, veterinarios, y además de una impecable confección le agregan el nombre del personal o el logo, siempre bordado. ‘’Salvo que el cliente lo pida pintado, y en ese caso como nosotros no hacemos serigrafía, tercerizamos el trabajo’’, agregó.
Hoy el matrimonio está detrás de un subsidio gubernamental -el Pacc Emprendedor- que financia el 70% de un proyecto (el resto lo deben poner los emprendedores) para adquirir maquinaria textil de mayor tecnología. ‘’Necesitamos unos $80.000 para comprar máquinas metralleta o cinturera’’, explicó el emprendedor. Para Ramiro, el éxito del negocio se debe a la perseverancia y a ofrecer un producto de calidad. ‘’Usamos las mejores telas, como Arciel, que es más cara que la que viene de Brasil que cuesta la mitad, pero la calidad no es la misma’’, aseguró Ramiro.
