Noemí hacía el almuerzo cuando una de sus hijas le dijo algo que le heló la sangre: tres sujetos que pasaron por la puerta de su casa se llevaron con la excusa de darle caramelos a dos de sus hijos, una nena de 2 años y un varón de 5. Inocentemente los niños se fueron con los desconocidos. Al escuchar eso, la desesperación invadió a la mujer y salió a buscarlos pero no los halló. Entonces los buscó en los vecinos (el más cercano está a unos 40 metros) y en parrales cercanos a su casa pero no hubo caso y llamó a la Policía. Más de 3 horas después de dramática búsqueda, aparecieron a 40 metros de su hogar, entre unos parrales, con restos de pasto en sus ropas y la amarga novedad de que habían sido abusados.
Los nenes fueron raptados a las 11 de ayer en su casa ubicada en una finca de calle Buenaventura Luna, al Norte de Libertador, en Alto de Sierra, Santa Lucía. Allí viven de prestado Noemí, su marido Rolando (albañil) y sus 4 hijos, de entre 9 y 2 años. “Mis hijos más grandes estaban conmigo y en la entrada estaban los más chicos jugando con unas piedritas. Los tipos se los llevaron diciéndoles que les iban a dar caramelos. Como 20 vecinos y policías me ayudaron a buscarlos, pero no estaban por ningún lado”, contó.
A las 14.50, los hermanitos aparecieron en unos parrales a metros de su casa, asustados y sucios. Según la Policía, el médico legista los revisó y detectó que tenían irritaciones. “Mi nene me contó que uno de los tipos tenía una barba larga y los otros eran jóvenes. Él dice que los llevaron lejos y les hicieron cosas y que alcanzó a pegarle con un palo a uno para escapar, pero no pudo. Después los agarraron y los trajeron de vuelta”, dijo Rolando. Y agregó: “Nosotros somos de Mar del Plata y allá unos gitanos quisieron robarme a mi nena. Por eso me vine porque era más tranquilo y nos pasa esto. Si tuviera plata me iría ya a Buenos Aires”.
