El fiscal Alberto Nisman tenía una fuerte protección policial por amenazas por sus investigaciones sobre el atentado contra la mutual judía AMIA y había llegado a comentar a periodistas que se sentía en riesgo tras la denuncia contra la Presidenta argentina por presunto encubrimiento a Irán.
Nisman, que fue hallado muerto en su vivienda de Buenos Aires, contaba con una custodia de diez agentes de la Policía
federal, según confirmaron fuentes oficiales. Tras la denuncia que presentó la pasada semana contra la presidenta argentina Cristina Fernández, y varios de sus colaboradores por supuesto encubrimiento de presuntos terroristas iraníes por el atentado contra la AMIA, Nisman era consciente de que sería blanco de nuevas críticas y de presiones.
El propio fiscal admitió en declaraciones a un reducido grupo de periodistas tras presentar la denuncia, el pasado miércoles, que le había advertido a su hija que se preparara para escuchar "cosas terribles" de su padre.
La diputada opositora Patricia Bullrich, que iba a presidir la comparecencia de Nisman ayer ante una comisión del Parlamento para dar detalles sobre su denuncia contra la presidenta, aseguró que el fiscal le había comentado que estaba amenazado y que incluso había solicitado a la Procuraduría General un aumento de su custodia.
"La última vez que hablé con él me dijo que le había avisado a su hija de 15 años que lo iban atacar pero que tenía responsabilidades éticas y daría las pruebas en el Congreso", dijo Bullrich a periodistas.
El fiscal había llegado a presentar una denuncia por intimidación por una amenaza recibida por correo electrónico en la que le exigían su renuncia y amenazaban con la integridad de su hija, según la agencia judía de noticias.
Según el portal Infobae, tras denunciar a Fernández, el fiscal habría revelado a su equipo de colaboradores: "Con esto me juego la vida".
