Producto del caos existente en la provincia tras 3 meses sin cobrar sus sueldos, un grupo de afiliados a los gremios de ATSA y ATE decidieron ocupar el edificio de la Cámara de Diputados de la provincia, incluso llegando al recinto de deliberaciones, donde produjeron algunos destrozos aunque sin represión policial.
Todo esto ocurrió un 17 de abril del 2002, en medio del caos generalizando que vivía San Juan y con el gobernador Alfredo Avelín haciendo gestiones en Buenos Aires para intentar conseguir fondos adicionales, aunque no tuvo éxito.
La jornada había comenzado con un grupo de afiliados del gremio docente UDAP, que decidió pasar la noche en la llamada Casa de las Leyes, tras tomar la decisión en un plenario del sector.
Fue así que, en medio de la compañía de algunos termos para el mate y de una sillas playeras, un grupo de docentes pasó la noche a la espera de una solución al conflicto salarial.
Pero las cosas se precipitaron cuando a media mañana un grupo de activistas de ATSA rompió las puertas de entrada sobre calle Las Heras e ingresaron al hall central, donde arrojaron bolsas de residuos, quemaron cortinas y arrasaron con la galería de cuadros de los vicegobernadores.
Algunos diputados tuvieron que salir apresuradamente porque la intención de los manifestantes era que autorizaran al Ejecutivo para utilizar fondos que estaban destinados a la construcción de los diques para ser destinados a cancelar la deuda salarial.
Pero las cosas se precipitaron e incluso hubo amenazas de los gremialistas de quemar el edificio.
Como si fuera poco, en medio del conflicto el gobernador Avelín, ya fallecido, había amenazado a los poderes Legislativo y Judicial que les iba a suspender el envío de las partidas presupuestarias para destinar esos recursos a las áreas de salud y educación.
Así las cosas, en la Legislatura se vivieron horas de pánico porque abajo, en el hall central, los estatales comenzaron a quemar una cortina, mientras en los pisos superiores los diputados y sus colaboradores cerraban las puertas de las oficinas e intentaban escapar del humo.
Al final de la jornada, los estatales comenzaron a abandonar el edificio a la espera de una solución, pero la tensión iba a continuar en los días siguientes. Incluso hubo febriles reuniones en Casa de Gobierno entre los miembros de la Intersindical de gremios y funcionarios provinciales.
