Los coletazos de la paralización
del proyecto binacional
Pascua Lama llegan por
doquier y los estudiantes
universitarios no son la excepción.
Así pudo percibirse en la Universidad
Nacional de San Juan (UNSJ)
desde mediados de 2013 al cierre del
ciclo lectivo en diciembre pasado,
con la vuelta a los claustros de estudiantes
avanzados de diferentes
ramas de Ingeniería y Geología.
Se trata de casi profesionales que
se desempeñaban en cargos técnicos
y que tras el cese de tareas en el
proyecto binacional tomaron como
opción el retomar sus estudios. Si
bien no todos han sido desafectados,
lo cierto es que sí pudo advertirse
un número importante de estudiantes
avanzados que antes
cumplían funciones en Lama.
Por el momento no hay datos estadísticos
que permitan precisar a
cuánto asciende el número, porque
fue una tendencia que fue fluctuando
en forma progresiva, pero
fuentes calificadas de la UNSJ adelantan
que se podrán tener más precisiones
cuando en marzo inicie a
pleno el ciclo lectivo de este nuevo
año.
Para la UNSJ la situación es evaluada
como “positiva”, ya que permite
recuperar a aquellos alumnos
que están a un paso de egresar
como profesionales. Más aún
cuando en pleno auge del proyecto,
la contracara eran los estudiantes
avanzados que dejaron su carrera
por la oportunidad laboral. “A contrapelo
de la crisis que se ha producido,
muchos alumnos que estaban
trabajando en Lama volvieron a retomar
sus estudios por la interrupción
que hubo en los trabajos. Para
la UNJS ha sido la oportunidad
para que retomen sus estudios, esto
se empezó notar en el segundo semestre
del año pasado, de agosto a
diciembre más o menos, y en especial
en aquellas vinculadas a la actividad,
como las ingenierías en general,
más geología y geofísica. Esto
significa retomar el cursado, inscribirse,
o en aquellos que terminaron
de cursar y adeudan materias,
ponerse a rendir y así terminar la
carrera”, precisó Marcelo Bellini,
Secretario Académico de la UNSJ.
María Martha Caballero, vicedirectora
del Departamento de Geología
de la UNSJ, opinó en consonancia y
también evaluó como positivo el
nuevo presente. “El flujo va cambiando
porque no todos han perdido
su trabajo, han aminorado un poco
entonces esto les ha dado un tiempo
para ponerse al día y están rindiendo
sus últimas materias. Para
la institución esta crisis es positiva
porque han retomado sus estudios,
son materias que han cursado y les
faltaba rendir, en su mayoría de
quinto año como las materias geológicas
aplicadas”, puntualizó Caballero.
Según las fuentes consultadas, esta
es la oportunidad de aprender de
una industria cambiante y cíclica
como la minería en la que, así como
hay momentos en el que los ritmos
se detienen, todo puede volver a empezar
y de manera explosiva. “Hacemos
todo lo posible por incentivar
a los alumnos para culminen su
carrera y esta nueva realidad nos
permite hacerles comprender de
cuán importante tener el título. La
minería es cíclica, con etapas en
donde todo es furor y con otros
como ahora, de amesetamiento. En
estos altibajos no es lo mismo que te
estén pagando como técnico que
como profesional y esto la diferencia
a veces son sólo dos materias y el
trabajo final”, agregó Caballero.
La contracara de esta realidad son
los profesionales mayores de 50
años que quedaron desafectados y
que ahora les resulta casi imposible
volver a insertarse en el sector. Así
lo advirtió el Secretario Académico
de la UNSJ, para quien este fenómeno
no se veía desde hace diez
años. “Lo que no sucedía hace diez
años y está comenzando a pasar
ahora es que hay algunos colegas
que están en la búsqueda de trabajo,
estamos hablando de profesionales
con trayectoria que quedaron desocupados
y que por su edad les resulta
complejo reinsertarse. Son jefes
de turnos, jefes de sección,
encargados de algún frente de explotación
y cargos que tienen que
ver con la producción”, precisó Bellini.
La situación ya había sido advertida
mediante una declaración oficial
emitida por la Red de Académicos
por el Desarrollo Sustentable (lo
integran ingenieros y académicos
de universidades públicas nacionales)
hacia fines del año pasado, quienes
argumentaron que una de las
manifestaciones en el retroceso en
la actividad había sido la caída en la
demanda de ingenieros de minas.
