Fue un poco menos gente que el Viernes Santo del año pasado, pero la cantidad no le quitó devoción a la Difunta Correa, por lo que se repitieron las escenas de sacrificio físico entre los promesantes para subir las escalinatas de rodillas o de espaldas, una tradición para estos días de recogimiento interior. El oficial Miguel Argüello, de la Policía de San Juan, informó que calculaban unas 10.000 personas, mientras que Daniel Rojas, administrador del lugar, estimó unos 12.000 visitantes, un promedio de 11.000 devotos para este año que fue menor a los 15.000 del Viernes Santo 2011.

‘Hubo muchísima gente en moto, que obviamente traslada a 2 personas y no 4 ó 5 como en un auto. Para tener una idea de la cantidad, el 70% de la nafta de la estación de servicio se la hemos vendido a motociclistas. Igual, estimamos que entre miércoles y domingo vamos a rondar los 40.000 personas en total, lo mismo que en 2011’, dijo Daniel Rojas.

Favorecido por el espacio que esta vez le daba la escalinata, Juan Francisco Ramos subió de espaldas, envuelto en lágrimas. Y una vez que llegó junto a la imagen de la Difunta se quedó tendido, rezando. Por cuarta vez cumplió el rito para celebrar que su hija sigue viva tras una grave enfermedad y dar gracias por la salud de sus otros 4 niños. Algo similar lo unió con Sergio Albarracín, de Santa Lucía, quien pese al dolor de sus rodillas ya avanzaba por segunda vez la escalera, para agradecer por su soñada casa. Y mientras los devotos dejaban la piel en los escalones, la música sacra de la capilla de la loma inundaba el paraje.

Fue una jornada de emociones fuertes, en un paraje donde la fe y devoción se agigantan en Semana Santa, sin importar la cantidad de personas.