Para los investigadores de la biología y científicos, los hongos dieron un nuevo rumbo a las clasificaciones de los seres vivos. Es que rompiendo todas las reglas de la naturaleza, se llegó a la conclusión que si bien parecen vegetales no están considerados ni plantas ni animales sino algo aparte que tiene algunas características de ambos. Por ejemplo las setas no se mueven y los árboles y arbustos tampoco. Sin embargo, las plantas verdes crean su propia materia viva aumentando de tamaño mediante la fotosíntesis a partir de luz solar y compuestos inorgánicos; los hongos, en cambio, se alimentan de materia orgánica a semejanza de los animales.

No cualquier hongo es comestible. Existen 38.000 especies de setas, la mayoría comestibles, pero también muchas venenosas y muy comunes en los jardines. Por lo tanto no es recomendable ingerir ningún hongo hasta no haber identificado taxonómicamente la especie a la que corresponde, tarea que le corresponde a un experto. Diferente es, asegura Jeremías, si uno realiza un cultivo comprando un micelio en particular y lo cultiva.