Hay una especie de vértigo que hace calcular el tiempo de otra manera, no como lo hacían nuestros padres y abuelos, época en que había tiempo para todo y todo se podía hacer bien y en forma tranquila.
Pero hoy, en este hoy que nos envuelve a todos, el apuro ha pasado a ser una característica cotidiana. Ya nadie habla ni hace algo pausadamente y cuando una demanda cae en los oídos de alguien que se olvidó de las pausas, la primera respuesta será "estoy apurado, no tengo tiempo”.
Y si se trata de una propuesta más o menos formal se sugiere que ésta pase para otro día, otra semana u otro mes. Nos sucede a todos en forma permanente. Ello nos condujo a entender que hemos cambiado el verdadero concepto del tiempo y que soslayamos su soberana importancia sobre todo lo que acontece.
Como se trata de una situación compleja y que afecta a todos, hemos consultado a distintos autores para entender mejor está temática.
"El tiempo es la magnitud física que mide la duración de las cosas sujetas a cambio, esto es, el periodo que transcurre entre dos eventos consecutivos que se miden de un pasado hacia un futuro, pasando por el presente.” Esto es correcto y entendible.
Otros tratan de hacer entender que el tiempo es también necesario para las cosas que permanecen inmóviles, pues así como algo sujeto a cambio (algo móvil) es aquello que ocupa distintos lugares del espacio en distintos instantes de tiempo, aquellas cosas no sujetas al cambio sólo pueden ser concebidas como las que ocupan el mismo lugar en el espacio en distintos instantes de tiempo. Muchos buscaron por ello el concepto del tiempo.
No estoy de acuerdo con la definición que se está dando sobre el tiempo, puesto que en una definición no se puede incluir lo definido, dijo un experto porque en la definición se empleaba el término "duración” y ese término requiere del concepto de tiempo para ser definido.
Otros entendidos plantearían ese concepto de otra manera: Estamos en un mundo físico, material. Si en nuestro mundo no existiese el movimiento (desde el de objetos macromoleculares hasta el de partículas subatómicas), no podríamos hablar de tiempo. Si no existiese movimiento no podríamos medir el tiempo al no haber movimiento ni de manecillas de relojes, ni de vibraciones subatómicas. Sencillamente no tendríamos relojes de ningún tipo. Al fin y al cabo, la medición del tiempo consiste en medir con un movimiento, que escogemos como patrón, los demás movimientos.
Recapitulando, el concepto de tiempo procede del concepto de movimiento y éste de la existencia de materia. Para definir el tiempo necesitamos recurrir al movimiento y para definir el movimiento necesitamos recurrir al tiempo. No podemos dar definiciones independientes de tiempo y movimiento porque son aspectos diferentes del mismo fenómeno. El movimiento es el aspecto visible, el físico, el real. Y el tiempo es el aspecto conceptual, la medición del movimiento.
En la vida cotidiana tiempo es tal vez la palabra más utilizada por personas de distintas generaciones ¿cómo no mencionarlo si tenemos una dependencia absoluta de ese espacio que se produce entre una y otra acción, entre un pensamiento y otro?
Tiempo es también el concepto que se utiliza para medir la extensión de una situación, de un trabajo y de la vida misma. De allí que produzca dolor cuando abandona este mundo una persona muy joven.
Para algunos el tiempo "es una gran maestro que arregla muchas cosas” (Pierre Corneille) para otros "es el gran educador” (Edmund Burke) y para nuestro recordado y admirado Jorge Luis Borges "el tiempo es la sustancia de la cual estoy hecho”.
Todo lo expuesto es cierto y está claramente expresado lo cual ayudará a la comprensión de algunos hechos de la vida por sobre otros, así se develan las incógnitas.
La otra verdad es que el hombre moderno al desprenderse de los conceptos se dedicó a organizar el tiempo casi sabiamente. Hay horarios para todas las actividades y ello hace al orden social.
Sin esos horarios la sociedad se sumiría en un desorden absoluto lo cual destruiría muchas posibilidades que dan sus frutos a personas e instituciones.¿Además, hay algo más cómodo que los horarios?
La organización social de hoy permite regular un conjunto de normas sin las cuales sería difícil experimentar , en los exigentes y a veces prometedores tiempos modernos, lo que a cada uno le corresponde.
El tiempo es, en definitiva, el imaginario espacio donde todo puede llevarse a cabo con las mejores esperanzas y además con la capacidad de cambio que estimula cada rubro, cada acción.
