Buenos Aires.- Un conductor bahiense terminó preso después que la policía detectara que circulaba en estado de ebriedad. Según el test de alcoholemia, tenía 3,09 de alcohol en sangre, cuando el máximo permitido es de 0,50.
“Gracias al alerta de los vecinos, se activó el sistema de coordinación y se trabajó con la policía local que ayudó a interceptarlo”, contó el jefe de la Guardia Urbana, Abel Jesser, quien agregó que no hubo heridos.
“En todo momento accedió a hacerse el control y entregó el vehículo sin ningún problema”, agregó el funcionario.
