El presidente de los Comunes de Inglaterra dejará el cargo el 21 de junio por haber protagonizado un verdadero escándalo con los gastos de los diputados. Michael Martin produjo así la primera dimisión en más de 300 años. Su primera intención fue pedir disculpas -y lo hizo- pero luego fue forzado por los conservadores a renunciar.
Con este hecho cae una muletilla del buen ejemplo ya que siempre hubo un tipo de respeto por la conducta inglesa. Pero lo más grave es que histórica y tradicionalmente Inglaterra tuvo siempre y tiene el mejor sistema educativo. Su educación fue puesta como un modelo por expertos en la materia y ello se repitió con asiduidad. Hasta hoy se afirma que no hay mejores metodologías ni contenidos programáticos.
El gran interrogante es ¿qué pasa en el mundo de hoy con la conducta humana?…qué pasa con los abusos de poder no disimulados con violaciones a los derechos humanos y con las aberrantes violaciones físicas que hacen que padres abusen de sus hijas. El caso del monstruo de Amsteten (Austria) conmovió al mundo pero tenemos casos similares a la vuelta de la esquina.
El origen de estos males es el fracaso de los valores familiares. No sabemos si en el transfondo del fracaso de esos valores existen causas originadas por la velocidad de los hechos y el cambio de costumbres. No se sabe si habrá que ir a estructuras más flexibles pero que puedan conservar la ética de la persona y la verdad de los vínculos culturales en las relaciones humanas.
Esto se estudiaba hace más de 20 años cuando se hacían encuestas sobre si los valores son los mismos o cambian con el tiempo. Y, recordamos que los docentes investigadores que sostenían la posición de cambio elaboraron una lista con 35 situaciones. Los valores básicos son eso, básicos y van de la mano de la ética y el respeto por el otro.
Pero qué pasa en la multifacética Argentina y porqué los argentinos conservan a priori su imbatible espíritu triunfalista aunque esta actitud a menudo pueda deformar la realidad de la vida en común. Es una actitud simpática aunque un tanto exagerada. No se puede evadir, por ejemplo, que somos los mejores del mundo en fútbol y en el tango, o que no hay carne como la de la Argentina, nuestras pampas son inigualables pero el asunto a detectar es qué empuja a los argentinos a alimentar ese espíritu triunfalista sin límites.
Los psicólogos dirían que se actúa así por tener un gran complejo de inferioridad. Sin embargo, la cuestión puede ser más profunda y también más visible ya que podría relacionarse con la lejana ubicación geográfica. No olvidar que tenemos la ciudad más austral del mundo. Cuando se gestó la idiosincrasia del argentino no se habían desarrollado todavía los sistemas globales de comunicación. El argentino se sintió siempre lejos de lo grande.
La otra cuestión rara es que ese triunfalismo no se da nunca -o casi nunca- en niveles que superen lo masivo.. Y, así como seguimos lamentando la muerte del escritor Mario Benedetti, pasamos por alto que tuvimos a un no igualado todavía Jorge Luis Borges. No se tiene en cuenta argentinos de fama mundial como Luis Leloir, Eugenio Pucciarelli y tantos otros conocidos mundialmente por su aplicación en distintas disciplinas. Más, en ese terreno también jugó el centralismo y se pasaron por alto figuras de las provincias. Creemos que en otras épocas -antes del desarrollo tecnológico de la comunicación- esa fue una de las consecuencias de la superextensión geográfica con una caprichosa densidad demográfica.
Y, lo dicho anteriormente multiplicó sus efectos. Hubo diferencias. A veces esa diferencia entre lo que llama la atención y despierta el fanatismo tiene que ver con el espejismo o la ilusión y o apariencia engañosa de algo. Esto sería la faz subjetiva del fenómeno físico de la ilusión óptica debida a la reflexión total de la luz cuando atraviesa capas de aire de densidad distinta, con lo cual los objetos lejanos dan una imagen invertida, como si se reflejaran sobre el agua, tal como ocurre en las llanuras de los desiertos.
Se sabe, sí, que en los espejismos la evidencia no es tal y que no se percibe la realidad. Dos aspectos que se deben tener en cuenta en los días de ilusión.
¿Qué es lo necesario?. El ser humano tiene, sí, la necesidad de tener esperanzas, porque ..¿qué hubiera sido de la destruida vida de las personas que vivieron durante una guerra estuvieran o no en el frente si no hubieran tenido esperanzas.? ¿Qué nos pasaría si no tuviéramos esperanzas ante situaciones límites del sufrimiento de un ser querido? Planteada así la esperanza parece un báculo pero, en verdad, es una virtud que acompaña al ser humano desde la noche de los tiempos.
