Ocho años y 10 meses de cárcel, es lo que podría costarle a un ladrón por haber entrado a robar a una casa con un arma de fuego y aprovecharse de la situación para meterse en la cama de una nena para manosearla. Además de ese caso de abuso sexual, también le atribuyen dos hurtos y un robo cometidos el mismo día, por lo que el acusado aceptó ir a un juicio abreviado en la que está dispuesto a recibir esa pena.
Marcelo Félix González Díaz (27), apodado ‘Chilo’, estampó ayer su firma en un acta acuerdo junto a la abogada defensora, Amalia Sosa de Carelli, y la fiscal Leticia Ferrón de Rago, por la cual ratificaron un juicio abreviado en la Sala I de la Cámara Penal y Correccional. Con esto, reconoció su autoría en esa causa por abuso sexual agravado, amenazas agravadas y portación de arma, como también por los tres hechos anteriores del que lo acusan. Él ofreció purgar 8 años y 10 meses de cárcel. Ahora, hay que esperar el veredicto del juez Arturo Velert Frau, el próximo 5 de julio.
La breve historia delictual de González Díaz muestra que es capaz de cometer tres ilícitos en un mismo día. Según la causa, la madrugada del 5 de julio del 2009 saltó un alambrado y sustrajo un bolso con ropa del fondo de la casa de Leandro Andino, en Villa San Damián, Rawson. Un rato más tarde, entró al puesto sanitario Maurín Navarro (también en Rawson) y se llevó la bicicleta de un hombre de apellido Maradona. Por si fuera poco, a eso de las 8, le arrebató el bolso a Norma Flores en Vidart y calle 5. Aquella vez lo persiguieron y lo llevaron preso. Al tiempo recuperó su libertad, pero no tardó en caer de nuevo en problemas.
Fue la mañana del 9 de abril del 2011. La acusación indica que González Díaz ingresó con un arma calibre 22 a una casa del Bº Dominguito de La Puntilla, San Martín. A los únicos que encontró fue a una nena de 12 años y a su hermano de 10, quienes dormían. En vez de cometer el robo, el sujeto se introdujo a la cama de la niña y empezó a manosearla en sus partes íntimas. No llegó a más porque la menor gritó, entonces la encañonó y le tapó la boca, pero al final escapó debido a que ella siguió resistiéndose. Días después Marcelo González Díaz regresó a esa zona de San Martín, fue ahí que la nena lo reconoció y lo metieron preso.
