La muerte de un policía y de dos indígenas en un confuso episodio el martes en Laguna Blanca (Formosa) derivó ayer en versiones contrapuestas entre las autoridades provinciales y los integrantes de la comunidad toba respecto de la responsabilidad en los violentos hechos.
El enfrenatmiento se registró el martes, cuando la policía intentó desalojar a integrantes de la comunidad toba de Colonia La Primavera, que mantienen un corte desde hace 4 meses por una disputa de tierras que, según los indígenas, les pertenecen.
El ministro de Gobierno de Formosa, Jorge González, dijo que el enfrentamiento se produjo cuando una comitiva policial ingresó a un campo, donde se encontraban los aborígenes denunciados por "usurpación de campos". Según González, cuando llegó la policía, el grupo de aborígenes "realizó disparos", uno de los cuales "mató al oficial encargado de custodiar al juez, Heber Falcón con el disparo de una escopeta".
Por su parte, los indígenas responsabilizaron a las fuerzas de seguridad, al señalar que "la policía simuló que se les cayó un arma para luego culparnos de todo, todo estaba planeado de hace mucho". Según los aborígenes ayer "integrantes de la familia Celia -que reclamaron ante el juez el desalojo del territorio- y su abogado, escoltados por la policía se presentaron en el corte de ruta y nos dijeron que nos retiremos de la zona", según contó telefónicamente el cacique, que decidió ponerse a resguardo y se fue del lugar.
Un integrante de esa comunidad dijo que "pidieron a la policía que actuara para protegerlos pero los uniformados respondieron: ustedes se la buscaron". Durante la protesta fueron muertos los indígenas Sixto Gómez y Roberto López, además resultaron heridos otros dos indígenas y tres policías. Tras los incidentes, 30 originarios fueron detenidos.
