El Frente para la Victoria (FPV) y los bloques aliados, consiguió mantenerse como primera minoría en la Cámara de Diputados y en el Senado, de esa manera, se aseguró el control del cuerpo en los dos últimos años de la presidencia de Cristina Fernández.

El kirchnerismo ‘puro‘ del FPV tendrá por lo menos 112 diputados propios a partir del 10 de diciembre, que llegarían a por lo menos 132 con las fuerzas aliadas, número necesario para asegurar el quórum para sesionar. No obstante, la cantidad definitiva deberá verse caso por caso, ante la incógnita que representa el comportamiento de los aliados ‘críticos‘ y las disidencias expresadas por algunos integrantes del bloque del FPV y la posibilidad de nuevos ‘pases‘ hacia el Frente Renovador de Sergio Massa, como ya ocurrió antes de los comicios.

En ese sentido, debe tenerse en cuenta que entre los 16 diputados electos del Frente Renovador hay 2 que se van a sumar al bloque del PRO y que la representación del centro-izquierda está dispersa entre los bloques de la UCR, el Partido Socialista, GEN y Proyecto Sur.

Otros 3 espacios tuvieron motivos para celebrar: el Frente Renovador, el PRO y el Frente de Izquierda y los Trabajadores. Los renovadores del massismo ampliaron su bloque con 6 nuevas voluntades, con lo que pasarán a ser por lo menos 17, si bien sus integrantes confían en sumar más adeptos de otros bloques, en especial del alicaído denarvaísmo, que perdió 7 integrantes y quedó reducido a 3 miembros. También de varias expresiones peronistas provinciales y del propio kirchnerismo, del que ya recibió integrantes antes de la elección.

El PRO sumó 5 legisladores (pasará a contar con 16 integrantes y 21 con sus aliados) y amplió su representación geográfica más allá de la ciudad y la provincia de Buenos Aires.

En lo que fue la sorpresa de la jornada, la izquierda trotskista del FIT tuvo su debut legislativo nacional con sus primeros 3 diputados en la historia argentina, provenientes de Buenos Aires, Mendoza y Salta, donde está disputando voto a voto el primer puesto con el oficialismo provincial. Paradójicamente, el espacio de centro-izquierda representado por el Frente Progresista Cívico y Social, UNEN, la UCR, el Partido Socialista y otras denominaciones, tendrá 2 diputados menos a partir del 10 de diciembre, a pesar de haber triunfado en distritos importantes como Santa Fe y Mendoza y ubicarse en el segundo lugar en la Ciudad de Buenos Aires. Al estar disperso en por lo menos 7 bloques diferentes, es difícil establecer una cantidad exacta de este espacio, pero si consigue formalizar la unidad podría alcanzar los 61 diputados y así ser el segundo bloque de la Cámara Baja.

En tanto, el Frente para la Victoria, con la ayuda de aliados, también logró mantener el control en el Senado de la Nación tras los comicios que implicaron la renovación de un tercio de la Cámara Alta, en 8 provincias. El oficialismo consiguió 11 bancas propias, el mismo número que puso en juego aunque con un cambio en el orden de la representación en 5 distritos electorales, pero perdió 3 de las 5 bancas aliadas que se arriesgaron. No obstante, con estos resultados y después del 10 de diciembre, el kirchnerismo logrará alcanzar de igual manera el quórum en ese Cuerpo Legislativo, con 33 senadores nacionales propios y cuatro aliados. Fuente: DyN.