Un barrendero municipal murió ayer en Cipolletti en un atentado perpetrado con una bomba de fabricación casera, mientras la policía de Río Negro desactivó un segundo artefacto frente a un local de la empresa Telefónica, en el marco de un ataque que el Gobierno de la provincia calificó de "terrorista".
Efectivos de la Policía Federal, la rionegrina, la neuquina y Gendarmería Nacional iniciaron labores conjuntas para determinar el origen y autoría del ataque en el que murió José Domingo Maciel, de 65 años y empleado desde hace 4 meses en tareas de barrido municipal.
Un jefe policial dijo a DyN que "los artefactos explosivos estaban armados con una garrafa de gas conectada a un cableado eléctrico" y destacó que el que mató al empleado había sido colocado en un contenedor frente a la Escuela de Policía local. "Nadie se adjudicó el atentado", remarcó el informante, y remarcó que la bomba que provocó la muerte del barrendero detonó a las 3.10 de hoy en un contenedor ubicado en calle Fernández Oro y Sáenz Peña, frente a la Escuela de Policía que linda con la Brigada de Investigaciones.
La onda expansiva de la explosión mató a Maciel casi en forma inmediata, por lo que el municipio de Cipolletti declaró dos días de duelo y junto al gobierno provincial reclamó el esclarecimiento del ataque.
La policía detectó un hora después un segundo artefacto explosivo colocado frente a un local de la empresa Telefónica y lo desactivó en la calle Miguel Muñoz, casi Fernández Oro.
El ministro de Gobierno de Río Negro, Diego Larreguy, dijo en una conferencia de prensa en Cipolletti que se trató de "un atentado de características terroristas". "Los artefactos explosivos que detectó la policía de Río Negro son de fabricación casera pero confeccionados por personas que saben" manipular estos artefactos, manifestó. Larreguy subrayó que "la cantidad de material explosivo encontrado era importante y la intención de generar daño era mucho mayor a lo que pasó". El gobernador Miguel Saiz condenó hoy el atentado y puso su gobierno a disposición del juez de instrucción Miguel Herrera, quien lleva adelante la investigación, "para encontrar a los autores de este tan aberrante hecho". "Me siento conmocionado por la noticia de este suceso, promovido y ejecutado por manos cobardes que se amparan en el anonimato para realizar ataques como éste que, lamentablemente, nos remiten a épocas de nuestro país que pensábamos, habían quedado en el pasado", remarcó el mandatario. Saiz destacó que "no se trató de un accionar al azar, sino de un operativo cuidadosamente montado, con un fin específico y realizado seguramente por algún experto y eso nos llena de preocupación".
El ministro de Seguridad, Víctor Cufré, precisó que la bomba fue armada "con una garrafa de gas de 10 kilos que tenía adherido un elemento de conectividad eléctrico" para hacerla estallar.
"No hubo amenazas previas", añadió el ministro, y sostuvo que era "una tipología nueva de delito para la provincia". La municipalidad también condenó el ataque y pidió a la población acompañar mañana a la familia de Maciel en la inhumación de sus restos en el cementerio local "como una demostración de unidad ante quienes quieren imponer el terror irracional". El intendente de Cipolletti, Alberto Weretilneck, señaló que el atentado manifestó "la barbarie en su máxima expresión, es un hecho totalmente irracional" y sostuvo que "la ciudad no se merece hechos de esta naturaleza".
