La presencia de las mujeres en el fútbol introduce una línea racional en un espacio en que los varones se permiten diferentes tipos de manifestaciones.
Que la mujer vaya a la cancha o mire los partidos por tv, no implica una alteración de ese espacio, sino compartirlo, situación que a muchos varones "no les cierra" todavía.
Hoy, una gran cantidad de mujeres y varones están dispuestos a vivir sin perjuicio aparente, a compartir la tristeza de haber perdido, la pasión de alentar al equipo y el amor por "la camiseta", la virulencia verbal de defender la bandera: en suma, las pasiones humanas amor / bronca y todo el espectro que conecta a este fenómeno popular.
Las mujeres en un alto porcentaje participan en las cuestiones básicas relacionadas con el fútbol, con distinta intensidad, como ser: saber de fútbol, vestirse para alentar al equipo, apasionarse por la camiseta, tener "aguante".
Todavía persiste la idea, en la vida cotidiana, que el saber de fútbol es cosa más de varones que de mujeres.
Pero la mujer marca la diferencia no tanto por el saber que da la práctica, sino por suvertir la idea que el esquema razón / pasión, mente / cuerpo, sea un espacio exclusivo de varones.
Basta mirar las tribunas de Sportivo Desamparados (uno de los equipos que más mujeres convoca en la República Argentina), para observar que la mujer le pone calor y color humano a este deporte. Festeja, se viste con los colores de los equipos, se envuelven en banderas, es decir se apoderan de algo que hasta hace poco les estaba vedado.
No obstante les queda mucho camino por recorrer, y fundamentalmente romper con el esquema machista de que ellas están para ser miradas, como suelen hacerlo las cámaras de televisión cuando enfocan a las mas sexis o bellas.
Aunque con menor intensidad a décadas atrás, todavía un importante número de mujeres se sienten ajenas al espectáculo futbolístico. Pero, ya nació la idea por parte de las mujeres de que no es imposible conquistar este derecho a la igualdad.
