Las personas con sobrepeso y obesidad deben extremar las medidas para cuidarse del calor porque presentan un riesgo aumentado de sufrir deshidratación o un golpe de calor.

“Esta propensión a padecer un golpe de calor está relacionada con el mecanismo de regulación fisiológico de la temperatura, que en el caso de las personas obesas está alterado por el incremento de la grasa corporal”, señaló Sebastián Laspiur.

“El exceso de peso hace que la producción de calor se vea incrementada y la concentración de agua total relativa del cuerpo es menor a la de una población no obesa, dado que el tejido adiposo no retiene el agua”, agregó.

Estos factores generan una mayor debilidad en la persona y la predisposición a padecer lo que se llama golpe de calor, que es “la falla del organismo para poder regular la temperatura corporal, que es de 36 grados aproximadamente, frente a temperaturas externas muy elevadas”, explicó.

Por esto, las autoridades sanitarias recomiendan tomar medidas preventivas tales como evitar esfuerzos físicos importantes cuando hay temperaturas ambientales muy elevadas, permanecer en lugares frescos y ventilados y usar ropa clara y cómoda.

También aconsejan tomar abundante líquido fresco durante todo el día y obviar las bebidas alcohólicas, porque también interfieren en los mecanismos de control de la temperatura corporal.

En Argentina hay más de 13 millones y medio de personas con sobrepeso u obesidad, es decir que un 53% de argentinos mayores de 18 años conviven con la enfermedad, de acuerdo a un relevamiento oficial.