En estos últimos años, desde distintos ámbitos de gobierno, tanto de la provincia como de los municipios, fueron promovidas obras de infraestructura orientadas a las actividades deportivas. Desde playones multipropósito en diferentes barrios hasta magníficos complejos polideportivos como el inaugurado en San José de Jáchal, han hecho posible a comunidades que por años han carecido de lugares de esparcimiento tengan ahora la posibilidad de llevar a cabo proyectos recreativos con la participación, especialmente, de niños y adolescentes.
Pero, como ya lo señalamos en esta columna, la infraestructura sola no consigue promover la actividad deportiva. Hace falta darle contenido, consistente en la enseñanza metódica de deportes, a fin de que estos sitios se conviertan en auténticas escuelas, que den la posibilidad de aprender distintas disciplinas y descubrir vocaciones o inclinaciones hacia alguna de ellas. De estos procesos puede darse el caso de que salgan grandes deportistas o personas vinculadas al desarrollo de la actividad desde distintos puestos de trabajo o como dirigentes.
En el polideportivo de Jáchal, se ha avanzado sobre ese objetivo al incorporar al jugador Claudio Manrique para la enseñanza de básquet, mediante un revolucionario proyecto integral. Esta iniciativa ha posibilitado en pocos meses un aumento considerable de la cantidad de chicos inscriptos para la práctica de este deporte, demostrando lo exitoso del proyecto.
En el contenido deportivo está la base del aprovechamiento de estas inversiones, para evitar que esas obras no se aprovechen como corresponde, o se conviertan en lugares públicos que no estén destinados a los chicos de cada barriada o a la gente que quiere realizar alguna actividad física.
