A medida que iban llegando al estadio Aldo Cantoni, para repasar al otro día de la conquista de UPCN San Juan Vóley del sexto título consecutivo de campeón de la Liga A1 de vóleibol, repasaban con la mirada por un segundo las tribunas que ahora estaban vacías y la noche anterior, repletas de gente que también celebraban una nueva conquista del club que figura en el primer puesto de los logros históricos en este deporte.
Su presidente, José Villa, reconoció que estaba muy nervioso antes del quinto duelo de la final ante Bolívar. “Llevo un fanatismo quizás extremo porque hasta afecta a mi cuerpo. Pero en los momentos difíciles siempre algo aparece en este equipo y los logros son nuestros. Somos el equipo más grande de toda la historia del vóleibol argentino”.
Todos los protagonistas coincidieron que el sabor particular de este sexto título consecutivo es la capacidad de solidaridad para superar una temporada azotada por lesiones y otras situaciones personales. El capitán del plantel, Javier Filardi, reconoció por ejemplo que estaba preocupado por Nikolay Uchikov, quien fue papá por primera vez en su vida hace un mes y solamente conocía a su hija Alisia por Skye. “Es el espíritu ganador que hay en este club el que nos llevó a superar todas las instancias. No se si se pueden encontrar otras explicaciones”, resumió el líbero Sebastián Garrocq, uno de los que estuvo presente desde el primer título de Liga, hace 5 años.
Por eso, no dudó el entrenador principal, Fabián Armoa, en adjudicarle al plantel la razón principal de haber llegado a esta coronación. “Recién en semifinales pudimos estabilizar la formación del equipo. Fue siempre difícil entrenar porque no podíamos completar dos equipos y estuvimos todo el tiempo tapando los huecos que no dejaban de aparecer”.
Para el entrenador, lo que perdura es el instinto de ganar, “a pesar que se van cerrando ciclos. Ya pasó antes y seguramente también sucederá ahora, pero siempre se apunta a buscar más. Ahora veo que son seis títulos consecutivos y hasta parece exagerado. Pero bueno, ahora vamos por el seis más uno”.
Si bien se pueden poner como ejemplo muchos partidos de este instinto, como la medalla de bronce en el Mundial de Clubes o la final de antenoche, todos también estuvieron de acuerdo en el duelo por la fase regular ante Lomas. Ganó UPCN en el tie break, muy importante para permanecer en el primer puesto, aunque ese día casi todos los que estaban en cancha estaban disminuidos físicamente.
“Nunca tuvimos la cantidad de problemas de lesiones y familiares. No sabés cómo ayudar y lo pudimos superar por apoyarnos mutuamente. Sabíamos que teníamos el apoyo del cuerpo técnico y de los dirigentes pero fue el que nos dio nosotros mismos, adentro y afuera de la cancha el que permitió finalmente llegar hasta el título”, analizó Gustavo Molina.
Filardi agregó: “Internamente, sabíamos que no llegábamos de la mejor forma a la Final. Hasta terminamos con Nico Lazo jugando el último partido y la rompió. Queda demostrado que en todo momento se piensa en lograr la gloria”.
