�Los sirios que solicitan visa humanitaria para instalarse en Argentina deben sortear informes elaborados por organismos de seguridad nacionales e internacionales y estar ‘limpios‘ en los registros de antecedentes de Interpol. Si bien funciona en Argentina desde el 2014, el Programa Siria fue modificado este año para facilitar la tramitación de visados y ampliar la asistencia, pero también para contar con mayores garantías de seguridad, que bloqueen la llegada tanto de personas con antecedentes penales como de quienes podrían tener vinculación con algunos de los grupos enfrentados en la guerra. Se fijó en dos años el plazo de permanencia en el país (con posibilidad de prórroga) y, a diferencia del programa vigente hasta el 2015 en el que se requería ‘un lazo de cosanguinidad‘ con un ciudadano argentino, ahora fueron sumadas las organizaciones de la comunidad siria como garantes de los refugiados que deseen venir al país, a
quienes se les garantiza hospedaje y cuidado durante los primeros 12 meses. 
El ‘documento de viaje‘ es uno de los primeros requisitos que se exige a los interesados en vivir en Argentina pero, en caso de no contar con ese certificado, los sirios pueden gestionar avales del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) o del Comité Internacional de la Cruz Roja. También deben presentar un certificado de carencia de antecedentes penales y una declaración jurada que acredite la ausencia de cualquier vinculación con hechos ilícitos. Si obtener esos documentos resulta imposible por las circunstancias propias de la guerra, los sirios deben recibir el visto bueno de los informes de Interpol y en las referencias que emite el Consulado argentino luego de entrevistar a los interesados en ingresar al programa.