La situación climática reinante en nuestra zona vitivinícola está generando una serie de problemas que deberán ser atendidos con mucha prevención. Estamos frente a un año de precipitaciones contínuas y llamativamente masivas (llovió más del 50 % de lo que llueve en todo el año, en sólo unos días), a su vez coincidente con la maduración de nuestras uvas, lo que lo hace un año extremadamente complicado para la sanidad.
El agua en el racimo, específicamente en el grano de uva estimula la germinación de esporas, la más complicada es la Botrytis cinerea, ya que es la única que puede ingresar en bayas sanas, por lo que posee un apresorio con enzimas que perforan la piel.
Luego de esta entrada inicial, aprovechan hongos secundarios (como Rhyzopus, Alternaria, Verticillium, Penicillium, etc) para ingresar a la pulpa que es su sustrato para generar sus colonias. Desde ese momento vemos la segunda invasión que es la que producen las bacterias y levaduras, las que ya generan una destrucción de esa pulpa produciendo el tradicional mosteado, decimos que en ese momento se llama "pudrición ácida".
La clave de la buena sanidad de las uvas está en que la piel no tenga ningún daño, tales como pájaros, avispas, roces por el viento, trips, oidios mal curados, mal manejo de nitrógeno, excesos de riegos, etc.
Si el cultivo no posee ninguno de estos daños, la única entrada que va a tener es la que produce la Botrytis cinerea, por eso recomendamos prevenir la situación.
Prevención
¿Qué es la prevención para Botrytis? Es poder monitorear nuestros racimos a las 48 /72 horas de haber ocurrido una lluvia de mas de 5 milímetros.
¿Qué debemos mirar, nos consultan los productores de uvas? Se deben observar los granos, que no se vea un descolorido, por ejemplo, en las uvas blancas uno que se vea amarronado y en las uvas tintas uno rosado (fenómeno que se denomina "arbolito de navidad"). Si vemos algo así y de repente le pasamos el dedo a esos granos y la piel se desprende es que estamos en presencia de un ataque de Botrytis (piel suelta), justamente ese es el motivo por el cual se justifica una aplicación.
Si luego de ver ese síntoma no actuamos, es muy posible que se contagien los granos adyacentes y con el correr del tiempo ingresen los demás hongos, levaduras y bacterias y formen lo que llamamos "nido", que es ya irreversible y lo más probable que suceda es que termine todo el racimo tomado y mosteado.
Para no llegar a eso es que se recomienda prevenir y custodiar esa piel, lo mejor es hacerlo a partir de envero que es cuando el grano comienza a tener un tenor de azúcar que es el buscado por estas plagas.
Si nosotros actuamos preventivamente luego de esos monitoreos encontraremos esos granos reducidos y desecados sin haber contagiado al resto.
Ahora bien, qué producto aplicar y cómo. En el mercado existen varios productos unos de origen inorgánico, provenientes del cobre en su mayoría (actúan bien pero son lavados con las lluvias) y otros de origen orgánico, entre ellos se encuentran varios, pero hay uno que es el Fenhexamid (Teldor) que tiene la particularidad de combinarse con la capa cerosa de la piel, generando un banco de reserva, que tiene una duración de más de 20 días y que no es lavado por las lluvias.
Una de las recomendaciones a los viticultores es aplicar este fungicida que excelentes resultados está dando en la región de Cuyo.
