El hombre del siglo XXI es de ir al gimnasio en busca de mejorar su estética y mantener o mejorar su salud, en especial cuando se trata de cuidar el corazón. La búsqueda de una buena calidad de vida es una constante, a tal punto que en los últimos 5 años se nota un crecimiento de hombres mayores de 30 años que en especial acuden al circuito cardiogym, que se trata de una serie de ejercicios para cuidar o restaurar ese aspecto físico (ver aparte).

Precisamente, cuando de salud se trata, antes de hacer cualquier actividad física hay que consultar al médico. En especial cuando se pasa la barrera de los 30 años y quizás no se hizo mucha actividad física. "Es necesario un chequeo médico, ya que en los últimos años se esta viendo en la enfermedad coronaria un marcado descenso en la edad de comienzo clásicamente situada en los 50 años. Esta es responsable del infarto de miocardio y la angina de pecho. En la actualidad nos encontramos con que no es infrecuente recibir pacientes menores de 40 años con esta afección", cuenta Gonzalo Peñafort, especialista en Cardiología y jefe de Unidad Coronaria del Hospital Privado, de San Juan.

Al hablar de un chequeo, el profesional dice que "idealmente recomiendo un completo chequeo inicial y mantener hábitos saludables evitando los factores de riesgo como el cigarrillo, el sedentarismo, la obesidad y el stress; más que chequearse sugiero observar esta conducta, pero una vez adoptados esos hábitos creo que una consulta anual para el hombre sano es lo prudente".

El médico explica que si se habla de chequeo, la Sociedad Argentina de Cardiología comenzó una campaña el año pasado que proclama "conozca sus números", refiriéndose a que todas las personas saben de memoria sus números de cuenta bancaria, la patente del auto etc. Pero pocos son los que saben que nivel de colesterol, glucemia, diámetro de cintura o presión arterial tienen habitualmente. Esto tiene relación con el combatir los factores de riesgo mayores que son: la Hipertensión Arterial, la Diabetes, el Tabaquismo, la Dislipemia (colesterol y/o triglicéridos altos en sangre) y la obesidad, mientras que hay factores de riesgo menores como el estrés, por ejemplo.

Lo primero en una evaluación sería conocer estos números, mediante la consulta médica. En ella pueden medirse presión arterial, circunferencia abdominal, peso y talla (y calcular el índice de masa corporal con estos dos últimos). Luego un análisis de sangre para medir lípidos y glucemia, un electrocardiograma en reposo, un ecocardiograma que da una idea bastante precisa del estado y el funcionamiento cardíaco, además de una prueba de esfuerzo ergométrico, que permite valorar como se comporta el sistema cardiovascular ante un estrés físico. Además de esto, si el paciente es tabaquista se debe indicar Rx de tórax frente y perfil para valorar los pulmones.

Hábitos y conductas


Peñafort dice que +siempre le digo a los pacientes que más que hacerse muchos estudios para descubrir una enfermedad hay que ocuparse en prevenirlas. Para eso vuelvo a repetir lo de combatir los factores de riesgo+.

Actualmente la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte y discapacidad en el país, las causas son múltiples, pero el mundo occidental está cada vez más preocupado por la epidemia de la obesidad y esto es posible enfrentarlo adoptando hábitos alimenticios saludables. El tabaquismo es otro flagelo que en Argentina, lejos de disminuir sigue aumentando, a pesar de las campañas en su contra y de la prohibición de fumar en lugares cerrados.

Lo siguiente es el sedentarismo, que con el auge multimedia se ve estimulado, sobre todo en los niños y adolescentes, que son edades en que se forjan los hábitos para toda la vida.

Otros hábitos tóxicos que también afectan al corazón son el alcoholismo, el consumo de cocaína y otras drogas sintéticas como el éxtasis, que son muy peligrosas porque no sólo el consumo habitual puede dañar, sino también una sola sobredosis puede ser fatal.

En cuanto al consumo de vino "vale aclarar que lo importante es la cantidad ya que es cierto que pequeñas cantidades, especialmente tinto, pueden contribuir a prevenir el desarrollo de ateroesclerosis coronaria", dice el médico. Si se superan los 400 ml diarios en forma habitual aumenta el riesgo de desarrollar Hipertensión Arterial y una afección denominada miocardiopatía alcohólica.

Síntomas


Según el profesional, lo más frecuente es que una persona que sufre del corazón tenga algún síntoma, pero hay también casos asintomáticos. Los síntomas dependen de la enfermedad, la más frecuente y temida es el infarto agudo de miocardio y los distintos tipos de angina de pecho, englobados últimamente bajo la denominación de síndromes coronarios agudos, ocasionados por la ateroesclerosis coronaria; en los cuales el síntoma guión es el dolor de pecho, de tipo opresivo, intenso, retroesternal (en el centro del pecho), a veces irradiado a cuello, dorso, epigastrio, hombros y brazos, especialmente el izquierdo. Existen situaciones o condiciones previas, como por ejemplo la diabetes, que modifican la sensibilidad, haciendo que no se sufra dolor o este sea muy leve o incluso aparezca sólo en los sitios de irradiación ya mencionados. Otras personas sólo manifiestan dificultad para respirar (disnea), o este síntoma acompaña al angor (dolor). También se puede acompañar de sudoración intensa y fría, palidez, nauseas, vómitos y hasta pérdida de conocimiento. Es muy importante, ante la sospecha de un síndrome coronario agudo, consultar inmediatamente, ya sea a urgencia de un hospital o a un servicio de emergencia, porque mientras más temprano se administre el tratamiento correcto, más posibilidades de éxito terapéutico hay.

Otras cardiopatías se pueden manifestar mediante palpitaciones, disnea, sobretodo ante esfuerzos, edemas y lipotimias.

Actividad física

En general para las personas sanas, la actividad física recomendada es la aeróbica, adecuada al nivel de entrenamiento previo, y muy importante es que sea ejercitada en forma habitual, si es posible diariamente y si no, por lo menos tres veces a la semana, sesiones de 40 minutos a una hora cada vez.

Es recomendable realizar una actividad que resulte atractiva y placentera de manera que se instale el hábito más fácilmente, cualquiera es buena, caminata, trote, tenis, bicicleta, fútbol, etc. La salvedad debe ser hecha en que tiene que ser acorde al nivel de entrenamiento y la edad del paciente. Lo que no es recomendable para la salud cardiovascular es la sobrecarga con pesas, ya que es un esfuerzo isométrico, anaerobio y que predispone a la hipertensión arterial.

En cuanto a que si con actividades física se sana o mejora la calidad de vida de personas con problemas cardíacos, el especialista dice que en general si, casi siempre. Sólo se debe adecuar a la severidad de la patología, realizarse en algunos casos con monitoreo médico, y ajustarla lentamente según el progreso del paciente. Sobre todo hay que valorar al comienzo de la actividad porque existen condiciones y/o estadíos de algunas enfermedades en los cuales esta indicado el reposo.

Hábitos alimenticios


Los hábitos alimenticios influyen en gran manera, ya que la HTA, la obesidad, la diabetes y la hipercolesterolemia, que son factores de riesgo cardiovascular, están marcadamente condicionadas por la dieta.

Se recomienda una dieta variada con bajo contenido en sal, baja en grasas saturadas y con aporte calórico acorde con el gasto energético individual, por esto es que debe ser personalizada y sugiero consultar con un profesional en el área (licenciado en nutrición)

Las personas que tienen altos niveles de colesterol, presión alta, entre otras, presentan un mayor riesgo de desarrollar ateroesclerosis coronaria y cerebral, es decir que aumentan sus chances de sufrir un ataque cardíaco o cerebrovascular.

Estrés


El estrés es otra de las epidemias modernas y lo sufren los hombres de prácticamente todas las edades. Configura una doble amenaza ya que resulta a la vez un factor de riesgo cardiovascular y un factor desencadenante de eventos tanto coronarios como cerebro-vasculares. Es decir que desde cualquier edad las personas competitivas, adictas al trabajo, que trabajan demasiadas horas y/o se ven sometidas a condiciones de trabajo inadecuadas y con demasiada presión están aumentando sus posibilidades de que con el transcurso de los años, padezcan problemas cardiovasculares. Pero a la vez una situación estresante particular, en un paciente ya predispuesto por padecer otros factores de riesgo, puede resultar el desencadenante de un síndrome coronario agudo o una arritmia cardíaca.

A modo de ejemplo, Peñafort cuenta que durante el mundial de fútbol realizado en Alemania en 2006, un grupo de investigadores de Munich comparó la incidencia de infartos en los días que jugaban partidos la selección local con el mismo día calendario del año anterior, y se registro un significativo aumento de los eventos, que estos médicos alemanes atribuyeron al estrés en los espectadores, generado por la competición.

En cuanto a los problemas emocionales constituyen un tipo de stress, por lo que se equiparan a los mencionados en relación al trabajo y el deporte. Hay también reportes de aumento de los eventos cardíacos posterior a perdidas de familiares, separación de matrimonios, jubilación, etc.

"Con respecto a la edad no conozco si existe alguna publicación al respecto, pero considero, en base a mi experiencia, que tal vez se vea mas afectada mientras mayor sea la persona involucrada, siendo los ancianos los mas vulnerables", concluye Peñafort.