Francisco Coria fue un hombre de la agricultura muy respertado en Caucete y 25 de Mayo. Allí tenía propiedades con grandes extensiones y producciones por los métodos que empleaba para hacerlas rendir a pleno. Era dueño de la bodega +El Ombú+.
En 25 de Mayo tenía alrededor de 2.500 hectáreas de extensión y utilizaba para el riego de los plantíos y sembrados una bomba centrífuga helicoidal +Ruston+ doble soporte clase CPH que tenía una capacidad para extraer agua a razón de 2.500.00 litros por hora, accionada por un motor a vapor portálil también +Ruston+ de 12 HP nominales. Para esta época el agua de riego se tomaba de los canales. Extraer agua por bomba no era común. Coria fué un pionero en este sentido, +ya que con este sistema podía distribuir suficiente cantidad de agua en una extensión de 1.000 hectáreas por métodos y procedimientos modernos para la repartición uniforme del riego de acuerdo con las necesidades propias de cada plantío+, así lo señalan los editores Molins y Dantil en su libro +La República Argentina. Región Cuyo+ publicado en 1921-1922.
Por aquella época, estas bombas se usaban con éxito en Río Negro y Río Colorado y de allí Francisco Coria tomó la iniciativa para su uso en San Juan.
En su finca tenía 300 hectáreas con trigo y 250 hectáreas de maíz, cuya irrigación no se hacía de otra forma que con las bombas Ruston.
Sus grandes extensiones de viñedos lo obligarobn a trabajar industrialmente y su gran producción de materia prima le dio prestigio a su establecimiento vitivinícola +El Ombú+ que fundará en 1909 el señor Leopoldo Coria.
Fue un emporio vitivinícola de primer órden. Así con 300.000 litros que elaboraba don Leopoldo Coria, la producción en 1921 pasó a 2.400.000 hectólitros. Su bodega estaba dotada de varias series de piletas de fermentación con un sistema completo de canaletas y caños para el enfriamiento del mosto. También tenía piletas y toneles de conservación. Tenía pasteurizadores, filtros, vaporizadores, sección de limpieza de bordalesas y toneles y la fábrica de toneles. Toda maquinaria importada de Europa y Estados Unidos. Las moledoras, prensas, motores, bombas y pasteurizadores le simplificaban el trabajo. Su establecimiento logró un prestigio admirable. Sus vinos eran el añejo dulce, garnacha, añejo seco, tipo Málaga, además de los comunes. Su enólogo fué Oreste Magliano, un técnico de renombre en aquella época. Su marca era +Coria+ para vinos tradicionales y +Ombú+ para los especiales. La marca Coria logró Medalla de Oro en Milán, Italia.
Piletas
Ferante Bertozzi llegó de Italia a Buenos Aires en 1906 y trabajó allí durante un año como constructor. A fines de 1909 vino a San Juan y de inmediato instaló una fábrica de caños y mosaicos de cemento comprimido. Con esta industria inteligentemente explotada se orientó al campo de los negocios, haciendo importantes innovaciones industriales como las piletas de ladrillo armado.
Como fabricante de caños de cemento comprimido, trabajó para todas las municipalidades de San Juan hasta en Jáchal e Iglesia, construyendo sifones y obras hidráulicas para la irrigación pública.
En cuanto a las piletas de ladrillo armado resultaron de indiscutible interés para los bodegueros por sus excelentes resultados.
Eran piletas cilíndricas de ladrillos parados que se aseguraban por medio de zunchos o cintas de acero y que ofrecían una gran resistencia a la presión del líquido. Se las utilizaba para la conservación de vinos y por la solidez, soldadura y de bajo costo, resultaban mas ventajosas que las de cemento armado y muy superiores a las hechas por otros procedimientos. Los bodegueros la habían adoptado lo que hizo a Bertozzi gestionar su patente.
Desde 1916 se dedicó a la vitivinicultura y tenía finca en Angaco Sud. Allí, en la finca, estaba su bodega con una capacidad de 5 mil bordalesas para vinos tipo licorista que vendía a Rosario y Buenos Aires.
Estos pioneros merecían ser recordados por sus innovaciones en el campo de la agricultura y vitivinicultura. Seguiremos buscando mas datos para aportar a las páginas de la historia del San Juan productivo.
