Este San Martín de Darío Franco hace de la pelota detenida una fuente de alegrías. Las horas de trabajo de ese aspecto del juego, considerado muy importante por el DT, están dando sus frutos. Anoche, tras un córner preciso de Barreiro, llegó la alegría del gol así para en el séptimo partido ante la Lepra en Mendoza en la B Nacional traerse por primera vez los tres puntos.
San Martín trabaja las pelotas paradas a favor y en contra con precisión de cirujano. Un entrenador táctisista como Franco no podría hacerlo de otra manera. El equipo suele ir a buscar cuando es a favor con siete jugadores. El córner que envió Barreiro y derivó en el tanto de Scatolaro fue una obra maestra. Con cortinas, llevadas de marcas y el frentazo justo del chileno al ángulo de Ayala y con la complicación agregada de ser a contramano de donde venía el uno.
En este torneo, el verdinegro logró varios tantos por esta vía. En Rosario ante Central fue mediante un gol en contra de Figueroa tras centro de Barriero; en la CAI Grabinski cabeceó al gol luego de un córner con el mismo ejecutante. En la goleada ante Ferro, Scatolaro tuvo su primer grito por el mismo camino que anoche y en Merlo fue Roberval el que metió el testazo tras un tiro libre de Floris.
El 1-0 puso fin a una abstinencia de 6 juegos, donde sólo había llegado a sumar en la mitad de ellos: 1-1 (2001), 0-0 (2002 y 2009). Mientras que se vino sin nada en los restantes tres clásicos: 1-3 (1999), 1-4 (2001) y 1-2 (2008). Este equipo ya había conseguido su segundo triunfo ante la CAI, desde que se cruzan en la B Nacional. Justo después de perder el invicto y en un estadio con todo en contra, supo hacerse fuerte. Una clara demostración de un equipo que aspira al gran objetivo que se frustró la temporada pasada. Argumentos para ilusionarse tiene bastantes.
