Dedicados a sembrar melodías, cogollos y tonadas por diversos escenarios, ciudades y pueblos, por fin tuvieron su recompensa. Las dos voces emblemáticas de los pagos pocitanos, Daniel Díaz y Julio Heredia, fueron invitados a participar del ciclo Para el Tiempo de Cosecha, un evento cultural en el cual serán reconocidos por el Congreso de la Nación, en una iniciativa impulsada por las Casas de San Juan y Mendoza en Buenos Aires y por los diputados y senadores que representan a ambas provincias.
Al igual que otros cantores cuyanos que en su oportunidad fueron distinguidos con honores, como lo hicieron en su momento Carlos Guzmán y Saúl Quiroga, Damián Sánchez y Ricardo Ochoa o Hilario Cuadros y Carlos Montbrún Ocampo, en esta octava edición, será consagrado el Dúo Díaz-Heredia, artistas que forman parte de las numerosas manifestaciones contemporáneas de la música cuyana y el folklore argentino.
‘Es un reconocimiento a nuestra trayectoria, cuando nos enteramos de esta noticia, me agarró una emoción muy fuerte. Es digno de destacar, todo este tiempo valió la pena y dejará una huella. Que nos pongan a la altura de otros artistas de relevancia, que esperaron muchos más años de su vida para que se los reconociera, nos carga pilas y a los chicos que vienen atrás verán una enorme veta para poder trabajar y abrirse camino’, expresó Daniel reflejando una gran alegría en su mirada.
¿El por qué fueron elegidos? Al tratar como núcleo la cosecha y la vid, costumbres muy arraigadas para la cultura cuyana, el dúo encajó perfecto porque precisamente las canciones de su repertorio reflejan fielmente el espíritu de la vendimia, a través de sus letras.
"Nos consideramos como un grupo autóctono y tradicionalista. Tenemos 27 años de continuidad permanente en rescatar a los poetas y autores de nuestra tierra. Como Cuyana Cosechadora, es un emblema que nos identifica profundamente. Así como canciones escritas por Luis Reinoso y Aníbal Muñoz. Apuntamos a temas que transmitan esos sentimientos que nosotros mamamos de nuestros padres y abuelos’, cuenta Julio Heredia.
Si bien ambos fueron criados desde chicos con la cuyanía, al momento de conocerse en la escuela secundaria, con 16 años se hicieron amigos y deseosos de tocar, armaron el dueto, con la ayuda de una profesora del Colegio Nacional de Pocito, quien vio rápidamente el talento que poseían los dos. Sin embargo, no se iniciaron en el folklore, paradójicamente, estaban embebidos en la euforia del rock nacional de los años 70 y 80. Delgados, con jeans y pelo largo, interpretaban las canciones favoritas de Sui Generis y de otras figuras, en fogones, fiestas familiares y actos escolares.
Pero las influencias de la música popular cuyana, por herencias de familia, pesaron más. ‘Nuestros viejos nos decían que dejemos de perder tiempo y nos metamos en el folklore’, cuenta Daniel. En las reuniones familiares, el fondo de casa de sus abuelos era terreno de autenticas peñas donde desfilaban tonaderos de pura cepa y hasta la honrosa presencia de los Quilla Huasi o Los Chalchareros. ‘Eran grandes fiestas con mesas llenas de comida y vino patero’, recuerda su compañero Julio.
Para ellos, el formato a dúo, resultó efectiva a lo largo de los años. ‘En el oído popular siempre ha funcionado. Cantar a dúo tiene una particularidad, debemos ir a la par y suena más dulce. Los Flores-Navarrete, Los Hermanos de la Torre, Sisterna-Peralta, Mínguez-Barboza, Pelaytay-Rojas, fueron exponentes que transmitieron muchas cosas. Por eso esta forma perdura y tiene mucha cuerda para tirar’, señala Daniel. Y agrega su pareja: "¡Esto es un matrimonio!’.
